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Adesup: Paula Quezada y una pasión que es parte de su vida

Partió en el balonmano cuando estaba en el colegio y lo dejó por un tiempo en la enseñanza media, y al entrar a la universidad. Una etapa que, al recordarla, asegura que “me da pena”, pues volvió, fue seleccionada y ahora no se imagina su presente y futuro lejos de esta disciplina.

Por: Ricardo Cárcamo 22 de Febrero 2021
Fotografía: Cedida

Al repasar su historia con el balonmano, Paula Quezada se entusiasma. Se nota que esta estudiante de Medicina de la UdeC se apasiona con el deporte. Tanto así que, tras un receso algo forzado, después de retomarlo no quiere volver a dejarlo nunca más.

De sus inicios, contó que “fue cuando tenía 11 años, estaba en el Colegio Concepción de Chillán, soy de allá. Llegó un profesor nuevo de Educación Física y empezó a fomentar el hándbol, primero con un taller. Yo siempre fui muy deportista, hice atletismo, básquetbol, tenis de mesa, artes marciales, y cuando partió este deporte nuevo me metí de inmediato. Me gustó, se armó un equipo bueno, un grupo súper entretenido.Empezamos a competir a nivel escolar, regional, en provinciales, fuimos a nacionales igual”.

Un camino que se vio interrumpido en la parte final de su enseñanza media. “Dejé de jugar como en SegundoMedio, y pensé que nunca volvería. Entré a la UdeC, y me encontré con amigas con las que había jugado en el colegio, y el profesor también me ubicaba, porque de repente jugaba campeonatos en Concepción, venía con mi colegio. Ahí un día me invitaron a entrenar. Llevaba tres años sin jugar, sin moverse, sin hacer nada, y fue como si nunca me hubiera ido del deporte. Fue el segundo semestre de primer año”.

Al respecto, agregó que “era muy buena alumna en el colegio, y mis papás no querían que me ‘desviara’ del estudio. Por eso dejé de hacer deporte en la enseñanza media.Además, cuando entré a la universidad el mensaje que te entregan es que el tiempo no alcanza.Por eso, el primer semestre no hice nada, pero me fui dando cuenta que si te ordenas, te organizas, y si uno quiere realmente, se puede”.

Regreso para siempre

Una vez que volvió a la cancha, Paula recuperó algo que extrañaba, que era parte de ella. Y se dio el tiempo para privilegiar el deporte.

“El segundo semestre del primer año me metí a jugar, y al principio fue difícil. Llegar a la universidad es complicado, tienes una carga académica muy distinta y eso se nota más aun en una carrera como Medicina.Entonces, tienes que ser más ordenado si quieres tener actividades complementarias, como el deporte. A veces no estudiaba todo lo que quería, pero siento que es un precio que se debe pagar, aunque siempre se haga todo el esfuerzo para compatibilizar ambas cosas”.

De ahí en adelante, aseguró que “no paré. Me invitaron a jugar por la selección regional, en un nacional me vio jugar el técnico de la selección y me fui para Santiago, congelé un año la carrera. Jugué un panamericano, me llevaron a un mundial y después de eso volví a estudiar. Mis papás no estaban muy contentos (ríe), pues era su miedo de siempre, que dejara los estudios por el deporte. Pero les dije que era por un año, era algo que sentí que me merecía, aunque ellos no estaban convencidos”.

Sobre su experiencia en la selección, afirmó que “fue tremenda, es algo que uno sueña desde que es chico, ves partidos de la selección. Entrenar con jugadoras que eran ídolas fue excelente, aunque me di cuenta que mi nivel era más bajo que el suyo. Entonces, fue mucho aprendizaje, de darme cuenta que gente se dedica a esto.Una etapa, corta pero muy intensa”.

Tanto disfrutó Paula de ese año que le costó volver a su rutina estudiantil. “Me sentía como un león enjaulado. Allá entrenaba mañana y tarde, todos los días, y acá la competencia universitaria no es tanta, lo que se juega y entrena. Me puse a hacer crossfit para canalizar eso.Además, me costó un poco asimilar que había vuelto a mi carrera, a estudiar. En mi mente, seguía a full con el balonmano, andaba muy desenchufada de todo. Me costaba concentrarme en clases, fue como un año y medio. Después ya asumí que no podía seguir así y tenía que retomar los estudios como corresponde. Nunca me he echado un ramo sí, me organicé mejor con el tiempo, me programaba para cumplir bien con todo”.

Este 2021, se apresta a hacer su internado. De la actualidad del balonmano, comentó que “para todos los deportes colectivos, con los aforos, está complicado. Pero en mi caso sigo entrenando para mantenerme físicamente, cosa que cuando se pueda volver a la cancha estar relativamente bien. Siempre complementando el deporte con los estudios”.

De lo que sí está segura que es no se separa más de su deporte. “Miro esa etapa donde no jugué y me da pena, pues es algo que me hace muy feliz. Cuando estaba fuera, algo le faltaba a mi vida, y ahora que lo retomé no pienso dejarlo. Cuando proyecto dónde me podría ir a trabajar, miro si la ciudad tiene clubes, cómo entrenar. El mundo del balonmano es pequeño, pero tengo pensado que donde me vaya buscaré cómo seguir jugando”.

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