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Cábalas, supersticiones y ritos: qué tan importantes son en el mundo deportivo

Para muchos no juegan, pero sin dudas están presentes. Desde entrar al campo dando saltos, hasta escuchar siempre la misma música y en un mismo momento, usar determinadas prendas o cumplir con rutinas que, en caso de cambiarse, se piensa que puede influir en el resultado. Voces de atletas y de la psicología dan su visión al respecto.

Por: Ricardo Cárcamo - Carlos Campos 28 de Diciembre 2020
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Cuando Colo Colo ganó la Copa Libertadores de 1991, sus integrantes reconocen que tenían varias cábalas, y que uno de los más obsesivos con estos ritos era el arquero Daniel Morón. Para cumplir con uno de ellos, un día debió salir a leer un diario a la terraza del hotel, pese a que había un temporal. En el básquetbol, Michael Jordan, el más grande exponente de este deporte y uno de los atletas más relevantes de la historia, siempre jugaba con un short de su universidad, North Carolina, debajo de los ocupaba de los Chicago Bulls.

Sólo dos ejemplos de algo que abunda en el mundo deportivo: las cábalas, ritos y supersticiones. Rutinas que pueden ir en simples detalles hasta costumbres que rayan en lo obsesivo. ¿Qué tan relevantes pueden llegar a ser?

Historias de fútbol

Jaime Caro, ex arquero, contó una singular cábala que tuvo cuando jugaba en Deportes Concepción.

“El Conce estaba muy mal en la tabla y justo hicimos una mini pretemporada en Quillón. Salimos a las 7 de la mañana a trotar y justo iba en eso, cuando encuentro una herradura antigua en el piso. La recogí y todos los cabros me miraban, porque seguí corriendo con ella en la mano. Al rato me vio el profe Cavalleri y me dijo ‘qué haces, Jaimito, que estás haciendo’. Y yo le contesté ‘tranquilo profe, con esta herradura nos vamos a salvar, déjemelo a mí nomás’. Le dije eso por decirle algo solamente. Pero después a todos los partidos empecé a llevar la herradura, y nos salvamos del descenso”.

Al respecto, añadió que “todos se reían, quedó como la herradura de Jaime Caro. El Pato Almendra me la sacaba y la escondía siempre en el camarín. Estábamos con Bautista en ese tiempo, fue después de la Copa Libertadores. Con esfuerzo y la herradura logramos sacar la campaña adelante. El que cree, cree nomás. El profe Cavalleri era cabalero igual, después cuando se perdía la herradura era el primero en llamar al utilero Samuel Silva para preguntar dónde estaba y luego retaba al Pato. Era buena la talla. Después la llevaba a los entrenamientos y la dejaba colgada con mi ropa”.

¿Y qué fue de la herradura? Contó que “me la guardé, la traje para la casa y ahora la tengo en el quincho. Y gracias a Dios nos ha ido bien, si después fuimos a dos Copa Libertadores con la UdeC. Nos tiene que seguir dando buenas vibras”.

Patricio Almendra comentó otra cábala donde el mencionado Caro también fue protagonista. “Él era muy cabalero y como por broma yo le había escondido varias veces la herradura, una vez para un partido en Collao llegué temprano al camarín y él ya estaba. Había un olor malísimo y le pedí al utilero que fuese a comprar desodorante ambiental. Salieron del estadio y fueron a comprar, pero seguía el aroma. Yo me sentaba siempre en el mismo lugar y sentía cada vez más fuerte”.

Agregó que “al rato íbamos a salir a calentar y simplemente me puse los zapatos, no le di importancia al olor porque ya era mucho. Volvimos del calentamiento, me saqué los zapatos y me los volví a poner para entrar al partido. En eso, meto la mano al zapato y Jaime me había echado ruda. El olor del zapato era putrefacto y me fui a vomitar al baño. Ganamos 1-0 con gol mío y él dijo que la ruda había anotado el gol. La ruda no tiene tan mal olor, pero con algo más la combinó, porque el olor era terrible”.

Cristián Muñoz, ex arquero de la UdeC y Huachipato, contó que “tenía cábalas, pero las normales, nada de otro mundo. Hubo un calzoncillo que banqué a muerte, pero después me molestaban mucho porque no daba más, tenía agujeros por todos lados. Cuando ganábamos, mantenía los guantes, mientras que si perdíamos los cambiaba. No me obsesionaba tanto, pero tenía. Me gustaba elegir el color de la camiseta, eso sí. Entraba con el pie derecho a la cancha también, siempre, pero no mucho más que eso”.

En otras disciplinas

Josefina Viafora, basquetbolista de la UdeC, comentó que “la verdad no soy muy supersticiosa, no sé si tengo alguna cábala. Quizás peinarme siempre igual, pero no sé si cuenta como una (ríe) o que me gusta combinar mucho todo lo que es vestimenta”.

Sobre sus compañeras, comentó que “creo que ninguna tiene un rito súper especial, pero sí como equipo previo al partido las titulares chocamos ambas palmas con todas antes de entrar a la cancha, que yo lo tomo como signo de apoyo desde el minuto 1. Hay un par que son más supersticiosas y si por ejemplo tienen mal partido usando algún cintillo no lo usan más (ríe), igual pasa con las zapatillas, se les puede culpar por un mal juego (ríe de nuevo)”.

A nivel general, Viafora aseguró que “es todo mental, al creer en supersticiones su cabeza se deja llevar por eso y se angustian si no hacen sus ritos. No puedes pensar que algo tan pequeño como un rito o cábala te va a afectar todo tu juego”.

Paulino Garate, jugador de Los Troncos, contó que “tengo una cábala: llevar un termo con café y convidarle a mis compañeros. Hay otras, algunos rezan en el camarín, se persignar antes de entrar a la cancha, algunos usan vendajes con un mensaje escrito. En mi caso, el café y siempre rezo antes de entrar a la cancha, pidiendo un buen partido y no tener lesiones”.

Reconoció que nunca se le ha quedado el termo, y si eso ocurriera “lo vuelvo a buscar. Hasta ahora nunca me ha pasado, trato de dejar listo el bolso la noche antes, y es parte de mi desayuno. Una vez me pasó en Santiago, que jugábamos con Católica, tuve que ir a comprar al supermercado granos de café y una prensa. A ese nivel.

Respecto a si este tipo de costumbres son buenas o malas, indicó que “creo que es muy positivo e importante desde el punto de vista mental. Sirve bastante tener creencias intangibles que te permitan escapar un poco del estrés diario. Y te den esa cuota de magia. Es como creer, guardando las distancias, en Dios o algún ente que no sea de carne y huesos”.

Axel Scheel, de Old John’s, dijo que no le da tanta importancia al tema. “Así como cábala no tengo, soy bastante metódico y voy viendo lo que me ha funcionado con el tiempo y trato de repetir siempre lo mismo, como con las comidas, por ejemplo. Lo más cercano a una cábala podría ser que trato de entrar siempre a la cancha con el pie derecho. ¿Si me equivoco? No pasa nada, no pienso que tendré un mal partido. Es una costumbre más que nada, pienso que el trabajo de la semana es lo más importante”.

Además, agregó que “hay algunos más cabaleros que otros en el equipo, tienen sus manías pero creo que nadie es tan extremista. Soy de los que no cree mucho en estas cosas, sino en el trabajo duro y el esfuerzo.

El remero máster, Andrés Retamal, tiene hace décadas un rito que repite en cada inicio de año.
“Todos los 1 de enero, a las 9 de la mañana, salgo a remar en single. Hasta el 2019 nunca me costó, pero ahora tuve que buscar alternativas, porque Llacolén estará cerrado. Ya me conseguí con un amigo que tiene casa en la laguna, y por ahí entraré a cumplir con mi entrenamiento. Esto partió en 1986, con un amigo, Ralph Schloer, con quien competimos en los Odesur. Siempre fuimos compañeros de bote, somos del mismo ambiente, si vamos a fiestas no tomamos ni fumamos, hicimos la ruta de la carretera austral en bicicleta. Lo hago como cábala para que me vaya bien durante el año, sin problemas. Así lo hago desde ese año y me ha ido bien”.

Visión psicológica

Alexi Ponce, director de Go Focus y psicólogo deportivo, afirmó que “hay ciertos rituales de los deportistas que pueden transformarse en cábalas con algún efecto. Es muy común, hay muchas cosas que se hacen como en automático o por imitación. En el mundo del deporte todos tienen algún tipo de rutina”.

En ese sentido, agregó que “hay algunos obsesivos, que piensan que las cábalas pueden afectar los resultados, ¿se puede llegar a eso? Creo que sí, y ahí es complejo. Que el deportista tenga un orden o rutinas que le transmitan seguridad, confianza, es positivo. Hubo una época en que la psicología intentó quitar las cábalas, diciendo que no servían, que no ayudaban, pero lo único que se lograba era insegurizar al deportista”.

Ponce aseguró que “si alguien cree que dando tres saltitos con el pie derecho al entrar a la cancha le va a ir bien, que lo haga, no pasa nada. El tema es cuando le doy un poder de que ‘si no lo hago andaré mal’. Ahí ya no es rutina o algo que me pueda ayudar a la concentración, a la confianza, sino que se transforma en una cosa exagerada. Lo malo empieza cuando se le asigna un valor que no corresponde a la realidad”.

Sobre cómo se puede trabajar para que esas rutinas no pasen a ser obsesiones, indicó que “lo que está en la base de cualquier desarrollo o trabajo deportivo es que se entrene, se trabaje con intensidad por el objetivo que se busca. Si uno ve eso, que mantiene el peso, hace sus ejercicios hay que estar tranquilo. Si después quiere usar una polera con una foto de X persona, besar una estampita, no hay problema. Si veo que el deportista hace lo que técnica y científicamente corresponde no me voy a preocupar, lo haré cuando no lo haga y empiece a creer más en cosas esotéricas o que las cábalas por sí solas tienen el poder de hacerlo rendir bien”.

Ponce, además, dijo que “todos creemos en cosas. Hay gente que lee el horóscopo, sale a la calle y si le dice que tendrá un día maravilloso y conocerá alguien espectacular, pensará que es así. Pero sale, está lloviendo y no conoce a nadie, se sentirá defraudada. Pero diez centímetros más allá del horóscopo estaba el pronóstico del tiempo y decía que iba a llover. Entonces, todo depende de la perspectiva de cierta manera”.

El psicólogo también se refirió a la posibilidad que un deportista justifique un mal desempeño porque no cumplió con alguna cábala. “Eso se llama, técnicamente en psicología, atribución. Es cómo explicas por qué ocurren las cosas. Sería básico darle ese poder a una cábala. Sí hay personas que empiezan a ver que lo que ocurre depende de lo que hicieron…Hay una cosa más compleja, la teoría del mundo justo, que todo pasa por algo. Y en eso, tendemos a ver que lo puedo depende de nosotros y lo malo no, el 7 se lo saca la persona y el rojo es por el profesor. Hay veces en que se empiezan a hacer conexiones temporales con cosas que no explicarían realmente un determinado resultado, pero para quien le ocurre sí lo hace, y es suficiente. Reitero, esas rutinas deben ser algo que te ayude a concentrarte o a la confianza, pero que no sea algo obsesivo o perjudicial”.

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