Cuando le cuentan la cifra, se sorprende. “Sabía que eran hartos partidos, pero nunca lo había dimensionado en números”. Luego, Angélica Gutiérrez escucha que es la jugadora con más partidos oficiales en el fútbol femenino de la UdeC y, con sencillez, solo atina a decir que “me pone muy contenta, no lo sabía. Son cosas que motivan. Tengo 34 años y me gustaría llegar este año a los 100 partidos. Si el físico me acompaña y no hay lesiones, perfectamente se puede”.
¿Y cómo llegó al club? La “Ange” repasa que “siempre jugué como seleccionada de la universidad y en torneos amateur. Estaba Vial, pero yo quería que abriera un equipo profesional: la UdeC o Huachipato. Incluso, en ese momento pensé ir a hacer mi Magíster a Santiago o Viña del Mar y jugar allá. En eso llegó el profesor Cristián Ferrer, me contó que la UdeC estaba empezando con su equipo Anfp. Fui a la prueba, quedé y aquí estamos. Me preparé mucho para esa prueba”.
Ha sido capitana, es la quinta goleadora histórica de la UdeC y cuenta que “el año pasado fue súper complicado. Yo soy profesora de matemáticas en el Liceo Los Andes y los sábados eran mis clases de Magíster, donde te piden cien por ciento de asistencia. Soy de ir a todos los entrenamientos y tampoco me gusta perderme los partidos. Eso significó que muchas veces terminaba mis clases el sábado y el equipo ya había viajado. Bueno, yo viajaba aparte, a veces llegaba a las doce de la noche y al otro día a jugar. Bueno, sé que no soy la única. En Chile, el fútbol femenino es así”.
En la UdeC y el fútbol femenino de la Región es muy reconocida. Futbolísticamente, no es buena para tirarse flores, pero apunta que “por lo que dicen de una y lo que una misma ve, yo creo que mis principales características es que soy una mediocampista mixta, con habilidad para habilitar, leer los movimientos de mis compañeras y leer el juego. También tengo gol, pero la verdad es que me gustaría jugar como nuevo falso. Es que cuando recuperas y te desgastas viniendo desde atrás llegas con menos fuerza para definir en el área rival”.
De sus momentos más lindos con la camiseta universitaria destacó que “jugar en el estadio Monumental fue un sueño. Pisar esa alfombra y mirar hacia arriba, aunque no hubiera tanta gente… No importa. Lo vi tantas veces desde arriba y estaba en la otra vereda”.
Le tocó vivir la transición entre el fútbol más precario y el actual, que a punta de varias batallas, ha logrado cosas que parecían impensadas. “Veo que, en Fernández Vial, por ejemplo, la dirigencia le está dando importancia a sus jugadoras y quieren hacerles contrato para el próximo año. Esas cosas significan avanzar. Ojalá se copie lo bueno y pase lo mismo en todos los clubes. Si no, las jugadoras se van a ir para allá. Mira, uno de mis sueños es vivir al menos un año solo del fútbol, como una verdadera profesional y dedicarme tiempo completo a entrenar y preparar un partido. Sería lindo. Bueno, es como debería ser. Hemos avanzado, pero siguen faltando hartas cosas”.