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Javiera Román: un ejemplo mucho más allá de las pistas

La navegante se refirió a sus inicios, sus triunfos y cómo el rally le devolvió la felicidad. Además, habló del caso de Antonia Barra y lo que se sufre, en ocasiones, por ser mujer: “es bueno que se haga justicia”.

Por: Ricardo Cárcamo 01 de Agosto 2020
Fotografía: Hyundai Chile

Aseguró que el caso de Antonia Barra lo ha sentido muy de cerca. “Estoy muy feliz que se esté haciendo justicia, pues tiene que pagar por lo que hizo. No es justo que salgan libres, porque a veces se siente miedo o vergüenza. Es terrible lo que vive la familia de esta chica… No soy de movimientos ni mucho de política, pero es bueno que se hagan notar las falencias. Sé que muchas personas le tomaran respeto a ciertas cosas y que quienes se han portado mal paguen sus culpas”, dijo Javiera Román, navegante de rally.

En ese sentido, agregó que “lo encuentro fuerte y es bueno que se haga saber. Sé que mucha gente se ríe, cree que se exagera. He pasado por situaciones incómodas, no entraré detalles, pero lo encuentro injusto, triste. Haber tenido que ir con vergüenza a una reunión, porque si yo hablaba era la perjudicada. Me encanta que quienes hacen cosas malas paguen y se haga justicia, más allá que tengan dinero, influencia o sean exitosos. Igual tengo un carácter fuerte, soy frontal y eso a veces te transforma en la ‘mala’. Esto hará que quienes tienen actitudes que no corresponden dejen de hacerlo”.

Prontamente, debiera oficializarse un protocolo para evitar situaciones de acoso en el deporte. Al respecto, comentó que “es un proceso, lo que se está haciendo ahora con funas, con justicia en casos de abuso y violación, son buenos en el sentido que las personas adquieran miedo cuando hacen acciones inapropiadas, que su vida pública se ve afectada”.

De sus inicios en el deporte y lo que significa para ella, contó que “no tenía ninguna persona en este mundo, ni familiares ni amigos. Era una fanática del automovilismo y por todos los medios le pedí apoyo a mis padres, aunque en un primer momento me dijeron que no le veían mucho futuro, ahora sí me apoyan con todo. Igual me las arreglé y me encantó. Siempre analizo lo que hago y me ha ayudado mucho: me cargaba leer, ahora leo harto, en mi vida diaria soy súper impuntual, en el rally soy excesivamente puntual. Es algo que me hace feliz, que siento que hago bien y me he ganado un espacio y el respeto de mis compañeros”.

Al respecto, agregó que “los dos primeros años fueron los más complicados. En ocasiones me sentía poca cosa sólo por el hecho de ser mujer. Al hablar con mis pares o gente de confianza decía “qué rabia”, pues es algo que no podía cambiar y que, sobre todo, no me hacía menos. Igual he tratado de mantenerlo al margen, pues quería destacarme por mi profesionalismo y mi rendimiento. Los pilotos con lo que compito me han reconocido así, pero es complicado que te pongan una etiqueta y que te consideren que eres nadie por no tener un pasado o un nexo con el automovilismo. Hoy, siento un gran respeto de mis compañeros, veo cómo hablan de mí y me pone orgullosa, pues lo logré con esfuerzo y mucho trabajo”.

Igual, reconoce que llegar a este deporte cambió su vida. “Tuve una infancia difícil, complicada. Sufrí una enfermedad por muchos años, prácticamente me iba a morir. Encontré esto, aprendí a quererme, a valorarme, a hacerme más fuerte. Antes de entrar al rally, no era feliz, no hacía lo que quería. Cuando empiezas a encontrar estas alegrías, le das un sentido a tu vida. Se presentan oportunidades, las aprovechas y todo va mejorando. Cuando se acercan niñas y me dicen “Javi, cuando grande quiero ser como tú” pienso “qué lindo que alguien te pueda ver así cuando tú eras capaz de hacerlo“”.

Los ojos del piloto

Javiera también describió la función del navegante. “Es los ojos del piloto en la ruta, además estar a cargo de la mecánica, de los tiempos en la asistencia. Eres el apoyo del piloto, todo lo que pregunta debes responderle, y la relación tiene que ser buena, haber química. He tenido la suerte de tener muy buenos, como Martín Scuncio, con quien corrí tres años, salimos campeones, corrimos el Mundial. Y ahora Joaquín Ruiz de Loyzaga me llamó para que fuera su navegante, lo que es un gran reconocimiento a mi trabajo. Día a día estoy enfocada en mejorar: practico, entreno, pues para estar a ese nivel debo hacerlo.

En 2019, fue la única mujer en el Mundial de Rally que se hizo en la Región. “Fue soñado. Los días antes no dormía, organizando todo, quería que todo saliera perfecto. Fue increíble. Participar en esto fue un gran triunfo, compartir con los mejores pilotos del mundo. Ver a tu gente apoyándote, la ciudad de Concepción en llamas, con muchísima gente en la largada protocolar, en la especial nocturna del Parque Bicentenario. Ser la única mujer en el primer mundial que Chile ha tenido, en tu casa, fue maravilloso”.

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