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Revelan que la ex Unión Soviética sabía que Ben Johnson se dopaba dos años antes de Seúl’88

Por: Samuel Esparza 28 de Julio 2020
Fotografía: Facebook Ben Johnson

El “enemigo número 1” del deporte ruso, Grigori Rodchenkov, volvió a la carga. Miembro del Centro Antidopaje de Moscú en los tiempos soviéticos, cuando cayó la URSS continuó en puestos similares y en 2005 se convirtió en el director en funciones del centro antidopaje general de Rusia.

Cuando en 2015 decidió huir a Estados Unidos y hacer una serie de denuncias, el mundo descubrió hasta qué punto el dopaje estaba presente en los numerosos éxitos del deporte soviético y ruso. Ahora llega un libro, que se publicará el próximo jueves 30 de julio, en el que cuenta detalles escabrosos que pondrán de nuevo a Rusia en el centro del foco mediático.

El semanario inglés The Mail on Sunday publicó ya algunos extractos del libro con revelaciones demoledoras que van más allá de lo imaginable.

Rodchenkov, revela ahora que la Unión Soviética sabía que Ben Johnson se dopaba antes de su famoso positivo en los Juegos de Seúl de 1988. El velocista canadiense se había impuesto en los 100 metros de los Juegos de Buena Voluntad de 1986 en Moscú por delante de Carl Lewis, que sólo pudo ser tercero, y el propio Rodchenkov analizó personalmente su muestra de orina, encontrando restos de estanozolol, el mismo esteroide prohibido que se encontraría dos años después en la capital surcoreana.

“El control de dopaje en los Juegos de Buena Voluntad resultó ser una formalidad. Nuestro laboratorio encontró 14 resultados positivos, incluido el de Ben Johnson, pero el Ministerio de Deportes Soviético decidió no informar de ellos”, cuenta el polémico doctor en su libro.

Rodchenkov también reveló que la verdadera razón del boicot de la Unión Soviética a los Juegos de Los Angeles de 1984 se debió al temor de los jerarcas comunistas a una cascada de positivos de sus deportistas en la cita olímpica. “Los soviéticos habían planeado ocultar un laboratorio control de dopaje a bordo de un barco en el puerto de Los Ángeles durante los Juegos Olímpicos de 1984, después de que Manfred Donike, oficial antidopaje del COI, y Don Catlin, del Laboratorio de Análisis Olímpico de la UCLA, anunciaron que podrían detectar cualquier producto, incluidos el estanozolol y la testosterona, en esos Juegos”, escribe.

En algunos campos de entrenamiento encontrar orina limpia era un problema porque la mayoría de los atletas estaban sucios”. “Probar a los atletas antes de que se fueran no sería suficiente: los zares deportivos soviéticos tenían que tener su propio laboratorio en el lugar para asegurarse de que ningún atleta soviético sucio llegara a las líneas de salida. Cuando Los Ángeles no permitió que nuestro barco ingresara al puerto, fue la gota que colmó el vaso. El Politburó boicoteó entonces los Juegos Olímpicos”, añadió al respecto.

Rodchenkov asegura que el consumo de EPO entre los atletas soviéticos era tan escandaloso que resultaba “incontrolable” y cita el caso del Mundial de Helsinki de 1983.”En algunos campos de entrenamiento encontrar orina limpia era un problema porque la mayoría de los atletas estaban sucios”, recuerda en esta demoledora biografía que promete no dejar títere con cabeza.

 

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