Denuncia de futbolistas contra kinesiólogo hizo explotar una bomba que siempre estuvo ahí. Una necesidad que al fin es considerada y el Ministerio del Deporte trabaja para lograr este documento. ¿Y qué opinan las propias deportistas?
Emilia Pastrián es futbolista de Palestino. El 7 de julio denunció, por redes sociales, al kinesiólogo Ignacio Montano por acoso sexual. Dos futbolistas más se sumaron a esta condena y el club lo desvinculó. “Las evidencias son contundentes”, afirmaron. ¿Y qué viene después? ¿Qué castigos se aplican? ¿Cómo se ayuda a las víctimas? ¿Se hace algo para prevenir que esto vuelva a repetirse? Para esto, se trabaja desde febrero en un protocolo de acción, liderado por el Ministerio del Deporte, que contempla todas las disciplinas y en agosto debería ver la luz.
Margarita Masías, destacada atleta, comentó que “cuando empecé a saber que esto sucedía en el atletismo, me sorprendí mucho. Me contaban que pasaba hace años, con entrenadores, y nadie hacía nada. Lo más cómodo era hacer oídos sordos. Es un deporte que no tiene tanta convocatoria y ahuyentaba más a las chicas jóvenes. Cuando tenía 15 años hubo un caso en el sur, que terminó en tragedia, y los papás, con justa razón, no les daban permiso a sus hijas para participar. A los 13 años comienzas en esto y necesitas estar segura”.
La especialista en 3 mil y 10 mil metros, que ahora está enfocada en la maratón, agregó que “entonces sentí una inquietud y me contacté con la Federación Atlética presentando mi intranquilidad y tuve muy buena respuesta. Ahí existe una comisión de la Mujer, donde está Mónica Fredes, quien respondió de manera muy positiva y sé que están trabajando en eso. Creo que para el atletismo es necesario un protocolo distinto, es un deporte individual donde la relación con tu entrenador es sumamente importante y hay una delgada línea entre lo sentimental y entender qué corresponde y qué no”.
Sobre este punto precisó que “las niñas tienen miedo y no se dan cuenta, hay inocencia. Ves a tu entrenador como un semidiós, una persona muy importante, sobre todo, si tienes resultados favorables gracias a ellos. Les crees. Además, se genera una relación muy positiva y si estás feliz ganando, tal vez no les nace denunciar y empiezan a normalizarlo. Eso es grave. Lo vi en gente cercana, pero a mí no me ha pasado. Mis papás me educaron bien para saber qué es lo correcto y, además, tengo un perfil muy fuerte. Mi entrenador es Jorge Grosser y él es intachable. Conversamos mucho por teléfono. Le pregunto de temas atléticos y también de la vida”.
Margarita advirtió que “no sé si hoy se presta ayuda psicológica. Lo que me tocó ver fueron casos solucionados muy entre cuatro paredes, entre la familia, la niña y el entrenador. Con los más mediáticos se toma cartas en el asunto. Si no, no he visto que se haga. A veces, gracias a lo que se vio en prensa y en redes sociales, se hacen las cosas”.
Muriel Servanti es reconocida voleibolista de la UdeC, y señaló que “este problema no es sólo deportivo. Lo principal es generar un respeto entre hombres y mujeres. No me parece bien que haya que segregar, que no puedan compartir niñas con niños y todo tenga que ser dentro de esa idea del miedo. Tenemos que empezar desde la educación. El problema en Chile es que siempre partimos con qué hacer con el problema y no prevenirlo. A las niñas hay que enseñarles y también a los niños. En Chile no se hace educación sexual y si una profesora se motiva a hacerlo lo hace muy por su cuenta. No se les prepara bien”.
Asegura que en su disciplina nunca ha visto casos de acoso sexual y apunta que “juego desde niña y siempre ha habido una relación de mucha camaradería y respeto con entrenadores y jugadores hombres. La base de todo es el respeto. Lamentablemente, en Chile hay que poner castigos claros para que las cosas mejoren. Como la Ley Emilia. Hubo que sancionar para que la gran mayoría dejara de manejar curado. Sí creo que acá hay que establecer castigos severos, como no ejercer más tu profesión y llevar a la cárcel en caso de abusos. Hay que ver cada caso, pero cuando se trata de menores es aún más grave. Son delitos”.
Estudia psicología y se nota que el tema le interesa muchísimo. Muriel advierte que “en deportes colectivos puedes dejar en claro que un entrenador no esté solo en un camarín con una jugadora, por ejemplo. ¿Pero es esa la solución? Vivir siempre con miedo, con soluciones que no son las de fondo. ¿Y qué pasa con disciplinas que son individuales? Es un tema bien complejo y ojalá este protocolo no sea hecho a la rápida para cumplir fechas y participen en él las deportistas. Muchas veces la gente que hace estas cosas no conoce bien lo que se vive adentro”.
José Luis Espinoza lleva 11 años como técnico del fútbol femenino. Actualmente, conduce a Fernández Vial y manifestó que “todo lo que sirve para prevenir es bueno, es un avance. He escuchado de hacer test psicológicos para contratar a los profesionales, pero eso tampoco te asegura nada. El kinesiólogo de Palestino era titulado, llevaba tiempo en esto. Yo siempre prefiero traer gente de mi confianza, pero igual me tocó sacar a un par de personas. No por acoso, pero vi que venían con intención de invitar a comer a una chica, cosas así. Aquí hay que separar las cosas. Somos profesionales”.
El DT cuenta que, por su cuenta, siempre ha tomado precauciones. “Por mis años, me tienen confianza, pero a mí me gusta evitar problemas. No entro solo a un camarín con una jugadora, siempre debe haber una compañera. Siempre he preferido que haya una kinesióloga, una mujer para esa labor. Respeto su intimidad en el camarín, obviamente no entro. Ellas me ven como un papá y trato de mantener ese respeto. Sus padres confían en ti y tienes que ofrecerles una seguridad”, comentó.
Las menores, de la Sub 17, son un tema delicado. “Hay que generar confianza con ellas para que te cuenten tus dudas y no pase lo que pasó en Palestino, donde dicen que tocaban sus partes íntimas. Las más grandes saben que eso no puede ser, pero a las niñas hay que enseñarles, educarlas. Por ignorancia también pasan cosas. Cualquier señal de alerta hay que investigarla. Ojo que estamos en una sociedad de igualdad y también existe el acoso de jugadoras adultas a menores. ¿Qué se hace ahí? También puede haber acusaciones que no sean ciertas. Hay que tener todo eso claro, pero sí, en caso de ser cierto, hablamos de un delito y eso tiene que ser duramente sancionado”.
El seremi del deporte, Marco Loyola, puntualizó que “la Ley 19.712, promulgada en febrero de este año y cuyo impulsor fue el diputado y ex atleta, Sebastián Keitel, estableció un plazo de 6 meses para que el Ministerio del Deporte dé a conocer el protocolo y se dicte el respectivo Decreto Supremo. Eso vencería el 2 de agosto. Es decir, estamos dentro de los plazos. El camino ha sido muy interesante y esperanzador, porque se han involucrado todos los estamentos. Será un gran paso para evitar nuevos y graves episodios de acoso y abuso sexual, además de maltrato y discriminación”.
Sobre algunos detalles del documento, puntualizó que “sin duda, la educación es muy importante en el proceso formativo de nuestros/as deportistas. Se debe conocer con claridad el campo de acción de los profesionales que conviven en la actividad deportiva, establecer los límites y animar permanentemente a la denuncia ante conductas impropias o que generen incomodidad en las deportistas. El protocolo aún se encuentra en la fase final de su elaboración y será, un su momento, nuestra ministra Cecilia Pérez la encargada de entregar públicamente todos los detalles. Pero, sin duda, contiene sanciones a los infractores y un importante y completo apoyo a las víctimas”.
El seremi advirtió que “probablemente, en el pasado hubo deportistas que no se atrevieron o no supieron cómo reaccionar ante situaciones de acoso, abuso sexual o ante actitudes discriminatorias o de maltrato. Con este protocolo se hace un ‘rayado de cancha’ para una mayor seguridad en el desarrollo de la actividad deportiva.