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Brandon Muñoz, figura de Adesup: El fútbol le cerró una puerta, pero el tiempo le entregó más llaves

Fue uno de los grandes proyectos de D. Concepción, con Óscar del Solar, pero salió muy decepcionado del balompié profesional. Tenía sólo 24 años, pero la pelota sigue a su lado, brilla en la competencia universitaria y los amigos y respeto que cosechó esos días hoy le dan una mano para su carrera.

Por: Paulo Inostroza 04 de Mayo 2020
Fotografía: Brandon Muñoz

Tenía 17 años cuando Óscar del Solar lo subió al primer equipo y ya jugaba por Deportes Concepción. Brandon Muñoz había salido de la UdeC y andaba en Valdivia después del terremoto, cuando retornó a la zona para probarse en los lilas. Más adelante pasó por Vial, Naval, San Antonio, Cauquenes y, de pronto, desapareció. A los 24 años dejó el fútbol rentado, pero el balón siguió pegado al pie. Entró a la Universidad de Las Américas y hoy destaca en la competencia Adesup, adiestrado por el profesor Eugenio Poblete.

El volante extremo contó que “estudió Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física, que es una carrera nueva, llegó hace unos tres años y tiene que ver con mediciones, cuantificar y mejorar el rendimiento deportivo a través de la ciencia. Antes, todo era más amateur, pero la actividad requiere cada vez más profesionalismo. Los detalles son los que marcan diferencia y es un campo que se está abriendo”.

En el fútbol universitario se nota su buena escuela, aunque confiesa que “hubo un cambio en el reglamento que nos desfavoreció harto, porque ahora sólo puede jugar un mayor de 28 años. No me parece bien, porque si estás estudiando, da lo mismo tu edad. Cuando entré a Primero fuimos campeones, pero nos desarmaron harto el equipo. En su momento, tuvimos al ‘Pato’ Lagos, Cristóbal Fuentealba, Brayan Bobadilla y un tremendo grupo. Nos cortaron mucho el plantel”.

Brandon tiene 26 y asegura que “me mantengo mejor que antes y a veces bromeamos eso con ex compañeros. Uno es joven y se sigue cuidando. Fui campeón en el barrio con Barros Arana de Talcahuano, con el Júpiter de allá de los cerros y estuve defendiendo a Gente de Mar. No he dejado nunca la pelota ni creo que pueda hacerlo. Mi vida tiene que ver con eso y para rendir hay que estar practicando y compitiendo siempre”.

Años mozos y el corte

Pese a que fue un periodo corto, se siente orgulloso de su etapa como futbolista profesional. “Recuerdo los primeros amistosos en Nonguén o cuando peleábamos el puesto con Simpertegui, los dos rápidos por la banda. Pero en el fútbol no todo es rendimiento. San Antonio fue uno de mis mejores años y de verdad creo que ahí la rompí, pero al otro año ya estaba sin nada después de Cauquenes, que fue una muy mala experiencia. No por el club, sino por el técnico y las cosas que viví y no comparto”, sostiene con una decepción que no se borra.

Ni siquiera menciona a su entrenador de ese año. Habla de “el que fue campeón con Colo Colo” y se trata de Rubén Martínez. Muñoz narró que “tenía un doble contrato, porque también manejaba un tema de áreas verdes con la municipalidad y en el grupo tenía malos tratos y faltas de respeto que no acepté. Ahí me cortó, dijo que no me había pedido y que me habían contratado los dirigentes. Me estuvieron peloteando casi tres semanas, me mandaban de un lado para otro y tuve que ir a la Inspección del Trabajo. Fue duro. Hasta el presidente me dijo. ‘oye, pero tú tenís que estar jugando’ y le dije que no hiciera nada, que no quería jugar así”.

Se fue tres meses antes que terminara la temporada y recuerda que “con eso fue difícil encontrar otro equipo. Al año siguiente tuve ofertas, pero bajando de división o por la mitad del sueldo que ganaba. Era muy poco. La gente piensa que todos los futbolistas ganan veinte palos y no es así. Nunca fui de hacer lobby, jugar porque te meta un representante o pasando lucas. Todo eso lo vi. Preferí irme siendo derecho y creo que eso al final se reconoce, porque en el fútbol nos conocemos todos”.

Sacar el cartón

A los 19 años ya notaba que poner todas las fichas en el fútbol era un riesgo grande. Entró a estudiar Educación Física a la Andrés Bello, pero tuvo que congelar al año y medio de carrera. “Estaba jugando regularmente y teníamos clases los sábados. Me era imposible. Fin de semana por medio tenía que viajar y no daban los tiempos”.

Pero a los 24 volvió a la carga, en la Udla y se le nota motivadísimo. Brandon expresa que “quería irme a España, a perfeccionarme, pero justo vino esto del coronavirus y se cerró esa puerta. Hice la práctica en Huachipato, que es donde me formé y me di cuenta que había un muy buen recuerdo de mí, de la persona. Eso me dejó el fútbol. Siempre fui de hacer las cosas correctamente y eso me permite hoy ir a cualquier parte, hablar de frente. Sé que eso me ayudará en mi futuro. Ya trabajo entrenando personalizadamente a jugadores que conozco y me gusta lo que hago ahora”.

De hecho, puede ser contactado en su Instagram (thewolf.33) para trabajo personalizado.

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