Trabaja medio tiempo en su tienda, cuidándose del virus, y dice que no piensa volver al Dakar y la alta competencia. “En Chile sólo te salvas si eres futbolista. Hay poco auspicio”.
Lleva dos años fuera de la competencia “grande”. Del Dakar, los nacionales y todo ese mundo donde brilló desde que era jovencito. Sin embargo, se le escucha tranquilo y contento. “Estoy en otra etapa de mi vida”, cuenta Daniel Gouet, piloto penquista, que también dedica gran parte de su tiempo a la tienda de motos que tiene en Paicaví. Ahí representan a las marcas Honda, Suzuki y Yamaha. Y aunque sea época de pandemia, sigue con las puertas abiertas, trabajando presencialmente para aguantar la tormenta económica del país.
“No queda otra. Igual el movimiento está súper flojo, pero algo sale. Lo que pasa es que la moto es hoy un medio mucho más seguro, porque andas solo y evitas mejor un contagio. Andar en micro o en auto con más gente está peligroso, pero la moto sigue siendo muy buena alternativa”, comenta el penquista, de 33 años.
Pero el cuidado está, sin duda. Gouet cuenta que “sólo estamos media jornada, con mascarillas, paños húmedos, gel y guardando distancias. Y sólo es medio tiempo. Teníamos gente que trabaja acá, que es de San Pedro y obviamente no viene. Todos nos estamos adecuando y no queremos que esto golpee económicamente a nadie, porque se viene muy difícil la cosa. Difícil también para la competencia y todo lo que es deporte”.
Antes de la cuarentena, corrió la primera fecha del Zonal Sur de Enduro, en Chiguayante. “Me sentí muy cómodo, fue una bonita competencia. El 15 de abril teníamos la segunda fecha, pero por razones lógicas se postergó y no sabemos cuándo se retomará la actividad. No es lo más importante hoy, ya veremos cómo sigue. Sí preocupa qué pasará con el deporte de motos, que depende mucho de auspicios y de que metan lucas las empresas. No sé qué tan dispuestas estarán después de esta crisis que ha generado o va a generar el coronavirus. De hecho, yo me retiré del Dakar y los torneos grandes justamente por eso. En este deporte nunca ha habido mucho auspicio y el sacrificio que haces a ese nivel es grande”.
De esa etapa recuerda que “me codeé con Coma, Despres y todos esos ídolos que uno veía por la tele o en revistas. Y hablábamos mucho, incluso por teléfono. Muy buenas personas y yo jovencito. En Chile también es muy grato el ambiente, porque somos pocos y nos cuidamos, de alguna forma. Tienes que apoyarte como grupo”.
Se casó con Claudia Jara y tienen un hijo, Pedro, de un año y un mes. “Ahora estoy dedicado a la familia, el negocio y corriendo a nivel más local, que también me pone feliz. Es un buen momento de mi vida y sólo espero que esto del virus pase pronto y todos retomemos nuestra actividad normal”, apuntó.