Deportes

El desafío de los deportistas de mantener el foco y metas sin afectarse por el entorno

En el alto rendimiento, hay compromisos que se deben cumplir más allá de las circunstancias. Voces de diferentes ámbitos del deporte se refirieron a competir cuando hay otras preocupaciones.

Por: Ricardo Cárcamo 04 de Noviembre 2019
Fotografía: Andrés Oreña P.

En el clima que se ha vivido en el país durante las últimas semanas, realizar cualquier actividad de forma normal ha sido complicado. El deporte no ha sido la excepción. Y más aún cuando los compromisos implican estar fuera de Chile, lejos de los afectos o de lo que está ocurriendo, o viajar a otra ciudad, con viajes y compitiendo en condiciones que están lejos de ser las ideales.

Y en la zona, en algunas disciplinas la actividad se ha retomado. Una de ellas es el vóleibol femenino, donde el Deportivo Alemán debió encarar las semifinales de la Liga A1, ante Boston College. El primer duelo se jugó el pasado miércoles en Concepción, y luego las germanas debieron viajar a la capital para el segundo y cerrar la competencia, pues junto a la final se disputó el tercer lugar.

Jorge Facchini, técnico del CDA, se refirió a esta situación. “En primer lugar, creo que no se debería haber competido para ser consecuentes con los reclamos sociales. Además, ha habido atropellos a los derechos humanos, represión. No estoy de acuerdo con el vandalismo, pero no comparto la represión. Nuestro organismo, la Fevochi, debió haber antepuesto esto a la competencia, velando por las condiciones ideales para las jugadoras”.

Además, indicó que “cuando viajamos a jugar hace poco a Santiago, para las últimas fechas, fuimos el único club de regiones que no suspendió. Hicimos una reflexión con las jugadoras, hablando mucho sobre esto pues ese viernes (18 de octubre) que llegamos a la capital se produjo todo el estallido social. Estuvimos cerca de las 21 horas en Estación Central, nos costó más de dos horas salir, y con el apoyo del club Manquehue lo logramos. Dimos muchas vueltas, y vimos todo lo que estaba pasando en directo: barricadas, todo el movimiento. Está claro que hay mucha gente que necesita de estos reclamos, y la realidad, en muchas disciplinas, es que quien hace deporte es de clase media, media alta. Pero un alto porcentaje de la población chilena vive otra realidad y las jugadoras tenían que entender y pensar sobre esto. Ellas tienen educación, seguridad, pero mucha gente no. Charlamos y, más allá de las banderas políticas, uno tiene que ser consecuente y apoyar para lograr un Chile mejor”.

De cómo entrenaron y se prepararon para estos duelos, Facchini señaló que “tratamos de entrenar en relación a las posibilidades y contemplar que algunas iban a tener dificultades, ayudarlas a asistir y retirarse, ser flexibles con los horarios… Cuando el deportista entra a la cancha, se olvida de todo, pero en lo previo existen miedos de si se van a tomar los puentes, o si para llegar a mi casa en Talcahuano tendré los medios. Lo que tratamos de hacer fue contenerlas, en eso nos ayudó mucho una psicóloga, Andrea Salgado, para que también tuvieran en cuenta estas contingencias y poder poner la cabeza en el momento, sin dejar de lado lo que sucede. Hay gente que está en la universidad y ha ido a las marchas, las más jóvenes de 16, 17 años, recién están viviendo esto”.

En el fútbol, el pasado martes se jugó el encuentro entre Deportes Lota Schwager y Cabrero, por Tercera B. Más allá del 1-1 final, el duelo será recordado como el primero que se disputó, en cualquier categoría, tras el estallido social. Y en la previa, en Coronel hubo una serie de disturbios que condicionaron el partido.

“La noche anterior al partido hubo saqueos en Coronel. Yo vivo justo por ahí, cerca del Lider, en una pensión junto a otros cinco compañeros. Traté de dormir temprano, otros estaban más pendientes y al otro día mirábamos los videos. Fue poco antes de ir a la cancha. Tu familia igual te llama, cuesta un poco concentrarse. Tampoco creo que no pudimos ganar por eso, Cabrero no tenía nada que perder y nos complicó. Al final, buscamos y la pelota no quiso entrar”, dijo el lateral Sebastián Butrón.

Sobre el ambiente que vive el país, comentó que “es complicado hacer cualquier actividad de manera normal entendiendo todo lo que está pasando y reconociendo que la gente solo pide cosas justas. En esta división, en este club, somos casi todos de barrio, mi familia llega a fin de mes aguantando las últimas cinco lucas. Uno tampoco gana un gran sueldo y estamos con la gente. Volver a lo normal es complejo”.

Al respecto, agregó que “retomamos los entrenamientos, pero muchos no tenían cómo movilizarse bien, había poca micro, canchas cerradas o algunas que hasta última hora no sabías si abrirían. Entrenábamos en la cancha de Cuyenco, nos avisábamos el día anterior por WhatsApp, todos súper atentos. Teníamos un partido pendiente y sabíamos que seríamos los primeros en entrar a la cancha. Ese partido fue un poco anormal y se jugó al mediodía porque más tarde había miedo a que pase algo… Fue como ir a un entrenamiento”.

Seguir y un respiro

Katherine Wollermann, paracanoísta, comenzó diciendo que “lo que nos une es una lucha del país, y gran parte de los deportistas siempre estamos peleando por tener mejores condiciones. Me enorgullece y me siento contenta de poder seguir entrenando, igual es difícil sí, pero da fuerza ver a toda la gente movilizándose. También he ido a las marchas, acomodé los horarios de mis prácticas para poder estar presente, porque finalmente es todo lo que un pueblo quiere”.

De tener que competir en circunstancias que no son las ideales, contó una situación personal que vivió hace poco. “Cuando tienes un objetivo, vas a eso, no dejas que nada te distraiga. Este año, dos semanas antes de una Copa del Mundo, murió mi papá. Fue súper difícil, pero me daba el consuelo que iba a luchar por un país, y eso me consolaba de cierta forma. Nunca pensé en no ir, no abandono, nunca lo hago. Saqué el tercer lugar, y lo que hice fue bloquear la situación, y concentrarme full. Siempre tengo una frase, en este caso era de mi papá: ‘dame la fuerza para poder seguir aquí’. Y ahora hay todo un país haciendo fuerza”.

La paracanoísta estuvo en ese momento con su entrenador. “Es el encargado de hacernos mantener el foco, sin perderlo y siempre mirando al objetivo”, dijo, junto con indicar que en los deportes colectivos puede resultar más llevadero competir en condiciones que no son las mejores. “En lo colectivo, debe ser más fácil sobrellevar lo que te está pasando, pues tienes un grupo detrás que te acompaña. Por más doloroso que sea, hay que enfrentarlo no más”.

Gustavo Merino, arquero hoy en Iberia, también debió enfrentar un doloroso tema personal cuando defendía a Naval. “Dos días antes de un partido, se quemó mi casa, en Lenga. Yo estaba entrenando con una serie del club, me llamaron tarde para avisarme lo que pasaba y en la casa estaba mi papá, lo perdimos todo. Estaba desesperado. Fue a visitarme el profe Almendra, muy preocupado, y le dije que no me sacara, que necesitaba jugar. Fue la mejor decisión. Esos días después del incendio, estábamos durmiendo en una sede social allá en Lenga. Jugar en El Morro fue una alegría cuando estaba pasándolo más mal”.

En ese sentido, Merino agregó que “cuando pasan cosas complicadas, el fútbol te limpia la cabeza de muchas situaciones. No arregla problemas como lo que se reclama hoy, pero es una buena terapia para estar un poco mejor. En mi caso, me ayudó a no quedar marcado con algo que fue bien dramático (…) Todas estas cosas te afectan, pero creo que el tema social de ahora es distinto. Pienso que todos apoyamos lo que está pasando, aunque quizás sea bueno retomar el fútbol, se pueden seguir haciendo ambas cosas”.

Desde la psicología

Alexi Ponce, psicólogo deportivo director de Go Focus, se refirió a cómo afrontar este tipo de situaciones. “Para un deportista que está acostumbrado a competir, siempre hay una serie de factores, en situaciones habituales. Y deben ser capaces de focalizar todas sus ejecuciones deportivas en lo que tienen que hacer. Normalmente, hay un entorno, un ambiente, un viaje, presiones permanentes. Obviamente, hoy esto se ve exacerbado por una situación que está afectando a todo el país, y que al deportista también lo ha remecido en su vida cotidiana, en su familia, en su entorno e independiente de la mirada que tenga”.

El profesional agregó que “ahí, una de las cosas que es súper importante es reenganchar con los objetivos: para qué trabajo, para qué entreno, de modo tal que este foco sea lo que los ilumine y les dé opciones de seguir concentrados en las metas que se han propuesto”.

Sobre la relevancia de que la competencia sea fuera del país, Ponce comentó que “en general, la incertidumbre, las ambigüedades, que son factores de la situación y no del deportista, aumentan la posibilidad de estresarse. Siendo algo ‘inesperado’, que no sabemos cómo va a terminar, puede resultar más complejo. El estrés tiene que ver con las demandas de la situación: qué me pide un determinado escenario y cuál es mi capacidad de respuesta. Y muchas veces, el deportista tiene poco que hacer cuando se trata de fenómenos sociales, políticos o culturales que están en otra dimensión. El atleta, aunque sea difícil, debe tratar de enfocarse en su trabajo, en seguir entrenando, en prepararse para obtener los resultados propuestos. De algún modo, poder transformar lo practicado en rendimiento competitivo. Un deportista que ya tiene experiencia, sabe que esto podría ser una muy buena explicación o excusa para justificar el rendimiento. Pero lo que necesitamos es que, idealmente, el atleta valore que su desempeño es producto de su trabajo. Y hay que ayudarlo, eso no nace naturalmente”.

El psicólogo también contó una experiencia personal. “En 2010, me tocó estar con una selección de fútbol femenina Sub 20. Nos habíamos ido el 24 de febrero a Bucaramanga, Colombia, para un Sudamericano, y todos sabemos lo que pasó el 27 de febrero. Las primeras reacciones, obviamente, fueron tratar de volver, de estar en el país, pero como no podíamos hacerlo, y después que pudieron comunicarse con sus familias, se decidió permanecer. Todo el trabajo de quienes estábamos, jugadores, cuerpo técnico, fue asumir el desafío deportivo y poder entregar lo mejor que habíamos hecho en cada una de las áreas”.

Al respecto, agregó que “había varias de las jugadoras que están hoy en la selección adulta, como Tiane Endler, Karen Araya, Daniela Pardo, y que participaron del Mundial. Estuvimos allá hasta cerca del 20 de marzo de 2010. Era un proceso y esta vivencia seguramente les ayudó, pues se logró trabajar bien esta situación, dándoles espacio para que conversaran, mostrando apoyo, mandando información de sus entornos familiares, concentrándose al máximo cada día que jugaran. Obviamente, hay que entender que existe una respuesta muy emocional, en distintos niveles, y al deportista le pasa lo mismo. Pero también como tiene esta capacidad de desconectarse de la realidad a veces para hacer su trabajo deportivo, hay que usarlo en este caso para poder entrenar y los que tengan que competir puedan hacerlo de la mejor manera”.

Sobre la diferencia de vivir imprevistos si se trata de un deporte colectivo o uno individual, Ponce destacó que “hay algunas. Por eso es tan importante el trabajo de los entrenadores para manejar esta variable. Lo psicológico siempre juega, siempre está, y en este tipo de situaciones lo único que hace es presentarse más evidentemente, producto de todo lo que está ocurriendo. Pero lo que uno espera es que siempre exista un entrenamiento mental, y de algún modo, como dicen en el deporte, ‘si no es con todo, para qué’. Eso le pasa a un deportista competitivo de alto nivel, no intermedio”.

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