Deportes

Graciela Delgado, vóleibol: de la mano de Cristo busca generar el cambio

Por: Ricardo Cárcamo 26 de Mayo 2019
Fotografía: Ucsc

“Me considero una mujer extrovertida y sociable, me gusta hacer cosas con y por las personas. Disfruto la naturaleza y también los tiempos de soledad para reflexionar o tomar decisiones. Me encanta viajar, aprender y abrazar todo aquello que traiga algo nuevo a mi vida, películas de drama, conflicto e historia. Leer y entregar a otros lo que he aprendido de la vida. Amo el ejercicio y hacer deporte. Por sobre todo sigo a Cristo, encuentro en la palabra de Dios todas las respuestas que necesito para conocerlo y llevar una vida sabia. Distribuyo mi tiempo entre la iglesia, el magister, mi familia, mi pololo y el vóleibol. ¿Sueños? Me encantaría tener un hogar de menores en cualquier lugar del mundo al que Dios me lleve. A corto plazo, terminar el magister, buscar trabajo como docente en una institución de educación superior y formar una familia con mi pololo”.

“Partí en el vóleibol después de pasar por varios deportes en el colegio. A los 14 años entré al CD UdeC, y a los 17 me cambié al Deportivo Alemán, lo que me llevó a competir a nivel nacional e internacional, con la selección chilena. Mi pasión por el deporte me llevó a estudiar Pedagogía en Educación Física en 2012 con una beca deportiva en la Ucsc. Me titulé el 2017 y hoy hago un Magíster en Educación Superior con mención en pedagogía universitaria”.

“Siento que el vóleibol es un deporte equitativo en Chile, ambos sexos pueden practicarlo. Creo que las mujeres que realizan este deporte son valoradas, y es una excelente plataforma de desarrollo. Actualmente, trabajo como entrenadora en un colegio y en una universidad, estoy del otro lado de la cancha. Una experiencia enriquecedora, es un gran desafío formar jugadores y dirigir equipos en grandes competencias. Me siento valorada en ambos escenarios”.

“Ignoro otros contextos deportivos, pero pienso que aún se sigue avanzando en temas de equidad de género en el deporte. Tanto hombres como mujeres tienen la oportunidad de desarrollarse deportivamente, el crecimiento deportivo pasa por un tema de diferencias sociales y de recursos económicos, más que de género”.

“Pienso que uno puede ayudar a una mayor valoración del género femenino mostrando con hechos que las mujeres somos capaces de desarrollar nuestro potencial y ser competentes. La mejor manera de generar un cambio es siendo uno mismo ese cambio. El ser humano debe aprender a valorar al otro más allá de su género, edad, nivel educacional o clase social. A veces percibo que detrás de una “discriminación de género” se encuentra el ego herido de una persona. Las oportunidades deben ser iguales para todos, y quien sepa aprovecharlas podrá disfrutarlas. En el tema de la equidad creo que el principal desafío es que los hombres aprendan a valorar a las mujeres, y las mujeres aprendan a valorar a los hombres. El ser humano deber ser valorado por quién es en sí mismo, por su dignidad”.

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