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La preocupante realidad de la obesidad en Chile

Índices de sobrepeso y obesidad en el país alcanzan sus niveles más altos. ¿Cuáles son los principales factores? ¿Qué se hace para combatirlo? Un problema que parte cuando niños y después se hace más complicado.

Por: Paulo Inostroza 19 de Noviembre 2018
Fotografía: Agencia Uno

Tocamos fondo. Uno de cada tres chilenos, mayores de 15 años, es obeso. El 2016 éramos el octavo peor en el ránking de países de la Ocde. Hoy, somos el segundo, solo detrás de Estados Unidos, pero para allá vamos. ¿Y los niños? Entre menores de 15 años, el 9,3 por ciento presenta sobrepeso, con una de las tasas más preocupantes a nivel mundial. Según la última Encuesta Nacional de Salud, el 74 por ciento de la población chilena mayor de edad tiene sobrepeso y más de 470 mil chilenos sufren de obesidad mórbida. Sí, “sufren”. Con todas sus letras.

En este panorama, las proyecciones son aún más oscuras. Hernán Sandoval, Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de Universidad de Las Américas, comentó que “en Chile, el 32,8% de las mujeres mayores de 18 años son obesas, y en la misma condición estaría 24,8% de los hombres, lo que nos convierte en el país que tiene la mayor porción de personas obesas en América Latina. Proyectando estas cifras a la población chilena al año 2020, habría aproximadamente 2.500.000 obesas y 1.800.000 obesos”.

El profesional advierte que las cirugías, una opción para muchos, tampoco es milagrosa. “Se afirma también que habría 544.000 casos de obesidad mórbida en Chile, candidatos a tal cirugía. Esta brutal realidad hace imposible que la cirugía bariátrica sea un instrumento adecuado para enfrentar dicha epidemia. Primero, porque no existen recursos técnicos (cirujanos y pabellones) que permitan enfrentar tal masa de casos, ni siquiera incorporando cirugía robótica. Segundo, porque tiene un costo aproximado de 5 millones de pesos y operar solo 100.000 casos tendría un costo cercano a los 800 millones de dólares. La mayor parte de la obesidad se concentra en los quintiles de ingresos más bajos y no podrían acceder a tal tratamiento sin un subsidio estatal. La cirugía bariátrica no es una solución sanitaria eficiente, por las carencias anotadas”.

Tocamos fondo, pero dónde nace el drama y qué se puede hacer a estas alturas. Son dos preguntas que requieren urgente respuesta.

¿Qué hacemos?

El seremi del Deporte, Juan Pablo Spoerer, tiene clarísima la gravedad de este problema y asegura que “en el plan deportivo del Presidente Sebastián Piñera, la lucha contra la obesidad es prioridad. Por eso, durante el 2018 hemos seguido ejecutando con mucha fuerza lo que son las Escuelas Deportivas Integrales, que vienen a complementar la oferta que las distintas escuelas ofrecen, con componentes nuestros. También hemos potenciado los talleres de participación social, que son actividades deportivas que se realizan a lo largo del país. Nos interesa mucho darle fuerza a las ‘Calles Abiertas’ para recuperar espacios para la práctica de la actividad. Y a eso se agregan los eventos masivos, que generan impacto y motivan a la gente a superar el sedentarismo”.

Sobre el drama que comienza con niños y sobrepesos detectados antes de los 5 años, apunta que “a partir de las alarmantes cifras de obesidad que tenemos en el país y que son de conocimiento público, el ministerio lanzó esta semana el programa Crecer en Movimiento, que viene a fortalecer la oferta deportiva que estamos trabajando con las escuelas del país. Esto amplía la edad de los beneficiados, de 2 a 17 años, cumpliendo un gran propósito, que es generar hábitos de vida saludable desde la primera infancia y teniendo una continuidad que llegue hasta la tercera edad para permitir un envejecimiento positivo”.

Por lo mismo, añadió que “hoy existen más de 1.440 capacitaciones para distintos profesores y educadores de párvulos a lo largo del país, para aprovechar mejor estos 60 minutos de Educación Física que hoy tenemos. Que sea tiempo aprovechado de manera efectiva y no solo los 15 minutos que realmente se hacen, según todos los estudios. La meta es generar conciencia en los jóvenes. Niños, mujeres y adultos mayores es una tremenda prioridad. El programa Plaza Mayor también fue lanzado a nivel nacional y regional, y busca hacer más lúdicos e interactivos los talleres con adultos mayores. Y bueno, en el centro de todo esto está el sistema Elige Vivir Sano, que orienta la promoción de salud y lucha contra la obesidad”.

Recordemos que Elige Vivir Sano nació el 2011, durante el primer Gobierno de Piñera y ha sufrido alteraciones en su nombre y su administración (con Bachelet se le agregó el “en comunidad” y pasó a manos del Ministerio de Desarrollo Social).

“El programa Elige Vivir Sano, sin duda, ha sido una buena gestión por parte del ministerio. Teniendo en cuenta que es una iniciativa que tiene como principal objetivo promover hábitos y estilos de vida saludable para mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas. Estas estrategias tienen un enfoque preventivo. Quizás en otras comunas ha tenido más visualización, sin embargo, con el relanzamiento del actual Gobierno podremos ver específicamente el cumplimiento de los objetivos y se espera que pueda llevarse a cabo la fiscalización de manera adecuada, del cumplimiento de todas las actividades que propone”, afirmó Josefa Rivera, nutricionista de la USS.

Sedentarismo

Pedro Loayza es encargado de Adicpa, lleva 30 años trabajando en colegios y cuenta que “hoy tienes muchos cabros que no se mueven nada. No era como antes, que los niños esperaban con ansias la clase de Educación Física. No están motivados. Hoy, en el colegio, me cuesta armar un equipo de fútbol y otro de básquetbol, porque tengo chiquillos que practican dos o tres disciplinas, pero la gran mayoría no está en nada. Tengo que sacar de una para poner en otra”.

Y se explica por una serie de factores. “En los colegios hay pocas horas de clases, salvo en los particulares, donde tienen el doble y pueden contratar profesores para hacer talleres. Tampoco hay suficiente infraestructura. Mira, no es que los colegios no quieran, muchas veces es simplemente porque no pueden. Por plata. Además, en Chile no se ve el deporte como inversión. Y siempre he creído que Educación Física no debería ser evaluado. Haces competir a un niño que le cuesta con otro que tiene muchas condiciones y lo frustras, cuando la idea es que el niño se entusiasme y siga haciendo deporte ojalá en su casa, con sus amigos”, advierte.

Similar es la opinión de Julián Friz, hoy también profesor del Fútbol Joven de Huachipato. “La tecnología le está ganando al deporte. Cuando yo era alumno, salía el profesor de la sala y todos se paraban, corrían, se tiraban papeles. Ahora, cuando yo salgo, no escucho nada. Lo primero que hacen es sacar el celular y ahí se quedan pegados. No está motivados, aunque eso debe partir primero desde la casa, de los papás. Hay que crear una cultura deportiva, entender que es importante”, afirmó.

Hizo clases en Coronel, en el Etchegoyen y varias prácticas y talleres. Una fue camino a Florida, donde recuerda que “teníamos una pelota y ni siquiera se podía inflar bien, pero los niños se volvían locos por Educación Física, por correr, por jugar. No había mucha tablet ni esas cosas. Parece que mientras menos tienen, se motivan más. Me tocó conocer hartas realidades, colegios donde había que meter 45 niños en un gimnasio chico. Imagínate cuando llueve y no puedes ocuparlo. Tuve que hacer la clase hasta en un pasillo. Como sea, uno no se queja. Una de las habilidades que debe tener un profesor es adaptarse a lo que haya, aunque generalmente sea poco”.

Friz opina que “lo ideal sería que en pre básica tengan Educación Física tres veces a la semana, aunque sea menos tiempo por bloque. Tienes que motivarlos a esa edad porque de grandes ya cuesta mucho. Lo más habitual es que los niños tengan Educación Física una vez a la semana, dos bloques. Es muy poco”. Loayza agrega que “es raro lo que te voy a decir, pero soy optimista con lo que pasará a futuro. ¿Sabes por qué? Porque no podemos estar más mal y creo que hay una conciencia generalizada. Es como la contaminación, que ya todos reconocemos como gran problema y existe conciencia del tema. Esto es lo mismo. Los papás de ahora están pensando más en la alimentación y vida sana de sus hijos porque la realidad es terrible”.

Alimentación

Hacemos poco deporte y, además, comemos mal. La nutricionista Josefa Rivera, de la USS, comentó que esto se debe a varios factores, como “la disponibilidad de los alimentos”, ya que “hay algunos que es posible encontrar en todo momento del día y lugar. Ya sea, supermercados, quioscos, comercio ambulante, locales de comida rápida. Están a precios más bajos, aunque tienen gran aporte calórico y escaso valor nutricional. No contienen nutrientes beneficiosos para la salud”. La profesional agrega que “los ritmos de vida tan acelerados también nos predisponen a alimentarnos mal. Hasta se ha perdido esa costumbre de sentarse a la mesa parta compartir un desayuno o un almuerzo”.

Y agrega que “las personas con menos recursos económicos y con menor acceso a la educación presentan mayores niveles de sobrepeso y obesidad”. Y cómo no, si dos completos y una bebida son mucho más baratos que cualquier plato recomendado por un nutricionista. Es por eso que hoy existen reales intentos por inculcar la alimentación sana desde pequeños. En el menú de esta semana del Jardín Mundo Cantaclaro, por ejemplo, se puede leer “guiso de cochayuyo”, “pescado con puré mixto” y “lentejas con verduras”, todo acompañado de frutas.

En los colegios, en tanto, desde hace dos años se instaló el concepto de “quiosco saludable” para que dentro de los recintos educacionales no se vendieran alimentos altos en grasas, sodios y calorías, según la ley de rotulación. Se trata de la Ley 20.606, que también modificó la publicidad en comidas para menores de 14 años. Medidas que deberían tener efecto a futuro, siempre que los padres refuercen el concepto en casa. “La manera más segura para una baja de peso adecuada es, en un 80 por ciento, una dieta balanceada y complementarlo con actividad física, que es el otro 20 por ciento”, apunta la profesional.

Sobre esta actividad física, la nutricionista Paula Fuenzalida, de la UDD, explicó que “se recomienda que los niños entre 5 y 17 años inviertan como mínimo 60 minutos diarios de actividades físicas de intensidad moderada a intensa. La actividad física, en su mayor parte, debería ser aeróbica. Convendría incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que refuercen músculos y huesos. La ‘actividad física’ no debe confundirse con ‘ejercicio’ . La actividad física abarca el ejercicio, pero también otras actividades que entrañan movimiento corporal y se realizan como parte de los momentos del juego, trabajo, formas de transporte activas, tareas domésticas y recreativas”.

Y también destaca el qué comemos en los colegios, donde se crea el hábito. “La tarea que realiza el nutricionista en los establecimientos educacionales son variadas e incluyen el diagnóstico del estado nutricional de los estudiantes, determinar la prevalencia de malnutrición por exceso, asesoría y supervisión de kioscos y casinos, realizar marketing en salud, igual sesiones educativas a toda la comunidad escolar (apoderados, docentes, funcionarios y estudiantes), entre otras. Además, se hace fundamental la prevención y la incorporación de hábitos saludables a partir desde el hogar”.

Tiempo y dinero

El profesor Julián Friz advierte que “hoy los niños pasan la mayor parte del tiempo del día en su colegio, porque las jornadas escolares son más largas que antes. Hay más horas de clases, pero siempre privilegiando Matemáticas, Lenguaje y asignaturas que se consideran más importantes. La Educación Física sigue teniendo los mismos dos bloques. Después los niños llegan a la casa y están reventados. Tienen que hacer tareas y no les dejas tiempo ni siquiera para jugar”.

Y entre los adultos es peor porque Chile es el quinto país de la Ocde donde se trabaja más horas por semana, solo detrás de México, Corea del Sur, Grecia y Costa Rica. Si apenas queda tiempo para la familia, menos para el deporte. Hoy se pretende reducir la jornada laboral de 45 horas semanales a 40, pero la iniciativa ha rebotado en la Cámara de Diputados. El chileno, en promedio, trabaja 1.988 horas al año, mientras que alemanes, daneses y franceses no llegan a las 1.500, con mejor productividad y sueldos. Y aunque la jornada laboral debiera ser de un máximo de 45 horas semanales, según las últimas cifras del INE, el 62 por ciento de los asalariados asegura que trabaja mucho más tiempo que eso.

Josefa Rivera también advierte que “debemos tener en cuenta que la vulnerabilidad socioeconómica y el acceso a la educación, son determinantes sociales que hoy se relacionan directamente con el aumento de la obesidad a nivel mundial y en nuestro país”.

Un estudio 2017 del Minsal reveló que un 27,1 por ciento de los chilenos no tiene los ingresos suficientes para costear una alimentación saludable. Sí, así de terrible. Sobre la base de la canasta básica, modificada para hacerla saludable (reduciendo pan, cereales y carnes y aumentando lácteos, frutas y verduras) se requerirían cerca de 118 mil pesos mensuales para pagarla. Otra cifra reveladora: el 48 por ciento de los niños de estratos bajos sufre de obesidad versus un 35 por ciento en los sectores más acomodados. También tiene que ver con el acceso a especialistas para tratar sus problemas e, incluso, el acceso a los gimnasios y todo este estilo de vida fitness.

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