Cuatro clubes de la zona viven días difíciles, por diversos motivos. Lota podría caer al amateur, donde juega Vial. Naval está a un error de llegar al mismo lugar y Deportes Concepción no puede jugar por la desafiliación. El peor momento del Bío Bío.
Cuatro clubes de la zona viven días difíciles, por diversos motivos. Lota podría caer al amateur, donde juega Vial. Naval está a un error de llegar al mismo lugar y Deportes Concepción no puede jugar por la desafiliación. El peor momento del Bío Bío.
Paulo Inostroza P.
paulo.inostroza@diarioconcepcion.cl
Corría el año 1987 y la Octava Región tenía en Primera División la misma cantidad de equipos que la Metrolitana. Lota Schwager, Naval, Fernández Vial, Deportes Concepción y Huachipato eran parte de los 16 clubes de elite del fútbol chileno. El año en que la Católica de Hurtado, Olmos y Estay ganaba el torneo sin usar jugadores extranjeros. El año en que Lota bajó por diferencia de goles en la liguilla de promoción.
Esa temporada, todos los fines de semana se jugaron dos o tres partidos de Primera en nuestra zona. El 27 de septiembre, por ejemplo, Lota recibió a Rangers en Coronel, Huachipato goleó a Concepción en Las Higueras y Naval superó a Vial en Collao. Tiempos en que iba más gente al estadio, pero curiosamente la dotación de Carabineros siempre alcanzaba para cubrir cada evento. Tres partidos en un día, todos de primer nivel.
El 1 de noviembre hubo jornada doble en Collao, cuando no tenía nombre de político. Cobreloa le ganaba a Huachipato con gol de Covarrubias y, acto seguido, Vial entraba al mismo césped para derrotar a San Luis con solitario gol de Zambrano. A esa misma hora, la UC vencía 3-1 a Lota en el Federico Schwager. Suena como un sueño, como si estuviéramos hablando de algo tan irreal. Pero así era. En la penúltima fecha, Lota le ganó a Colo Colo en Coronel con doblete de "Pato" Bonhomme. Nadie se extrañaba que los grandes fueran a esa cancha o a El Morro.
Pero todo se pudrió en el camino. Cambió el fútbol, entró el negocio, la violencia, el dinero mal distribuido, la televisión, los bandidos, las sociedades anónimas. Todo se desplomó en 30 años.
Demasiado tentador para cualquier bandido
El único club que es capaz de juntar seis mil hinchas en un estadio sin jugar un partido. Esa indiscutible popularidad hace que la casa lila sea tan tentadora para peces gordos de las malas artes. No por nada, tipos de la talla de Jorge Vergara y Pablo Tallarico pasaron por la dirigencia morada y hasta el abogado Mario Munzenmayer se involucró en algún momento. El "Conce" bien administrado es un tremendo negocio, aunque en la Anfp digan que no puede autosustentarse.
El 2006 comenzaron los castigos por líos económicos y el "León" terminó suspendido todo el año, participando con una filial en Tercera. Los excesivos gastos y millonarias deudas transformaron la mochila en una carga imposible de llevar. El 2008 aceptan la concesión con León de Collao S.A. y todo termina mal: platas de los supuestos inversionistas alemanes no llegan y Marcos Ulloa va a la cárcel. Descendidos a la B para nunca volver.
El 2010 vuelven a cometer el mismo error y el club es vendido a otras "joyas": Nibaldo Jaque (mano derecha de Jadue), Tallarico y los Sabando. Se hacían llamar Fuerza, Garra y Corazón y pasó lo que tenía que pasar Escándalo nacional, platas circulando extrañamente entre el "León" y la Anfp, préstamos imposibles de justificar. Desde Santiago, castigaron al club y no a los verdaderos culpables. Y ahí está el "Conce" tratando de levantarse desde las bases, desde sus hinchas, y ojo que ya están apareciendo potenciales compradores. A no cometer el mismo error. Los lilas son una tentación demasiado grande y los bandidos lo saben.
Siempre puedes estar un peldaño más abajo
La "Maquinita" llevaba 12 años en Primera B, con campañas donde peleó por subir y otras donde apostó a los juveniles para no endeudarse. Como sea, era un fijo de esta división, aunque el 2007 ya dio un aviso cuando salvó del descenso solo superando al Temuco de Bonvallet. Al año siguiente bajaron tras una derrota en el último partido ante Wanderers. Pero lo peor estaba por venir. Vial aun no había tocado fondo, simplemente empezaba su camino hacia el abismo.
La "Maquinita" estuvo a punto de bajar a Tercera B y solo zafó venciendo a General Velásquez por penales. Vial iba en picada y fueron los tiempos donde apellidos como Alarcón, Chávez y Oyarce eran los responsables del club. El 2012 ocurre uno de los hechos más insólitos de la historia de nuestro fútbol: Vial ingresa a la recién creada Segunda División y también participa en Tercera. Con distintos planteles y directivas, conviven paralelamente los dos Viales. Ni siquiera el hincha sabe cuál es el verdadero y ningún organismo quiere tomar una decisión.
Finalmente, el "Vial de Audito Retamal" es desafiliado del fútbol profesional luego de un año lleno de incumplimientos económicos, que son la sucesión y explosión de los problemas que venían arrastrando de campañas anteriores. El 2013, el otro Vial se titula campeón de Tercera, pero no lo dejan jugar en la división a la que subieron. Un lío tremendo. El 2016 retornaron tras tres años y siguen intentando volver al profesionalismo. Hoy juegan contra Chimbarongo y otro fin de semana contra Gasparín. Cuesta creerlo.
Administrado como si fuera un club de barrio
La última época de gloria fue el 2006-2007. El épico ascenso y breve paso por Primera de un club al que le costaba pagar mes a mes, pero siempre terminaba cumpliendo. Daba la sensación que volvería luego a la serie de honor, pero no ha estado ni cerca. La familia Valdés (Manfredo, Jaime, Boris y Emerson) le quitaron la institución a Temístocles Reyes, a través de la vía legal, creando una sociedad anónima cuestionada hasta hoy. "No gastaron un peso y se quedaron con todo. Cómo se gestaron las acciones, la constitución de este grupo Todo es ilegal", comentó Bernardo Ulloa, ex presidente minero.
Lota peleó casi siempre los últimos lugares y fue cayendo de división hasta llegar a Segunda y, después del primer año ahí, dejó de recibir dinero desde Santiago. Entonces quedó demostrado que los dirigentes siempre fueron incapaces de gestionar recursos. Las empresas de la zona y gente que podría ayudar nunca ha querido mientras estén los Valdés. La solución lógica siempre ha sido que venda, se vaya con las manos llenas o recupere lo invertido, según Valdés- y otra persona se haga cargo. Pero el hombre es terco y siempre ha conseguido gente que colabore metiéndose la mano al bolsillo hasta que se aburren porque no obtienen nada.
El año pasado entregó el club a Del Campo, de la manera más informal posible, y desde Santiago lo castigaron por tercera vez, incluyendo descenso al fútbol amateur. Hoy solo puede salvarlos la apelación y el reciente traspaso al empresario Claudio Castro. La pregunta es ¿desaparecerán con esto los Valdés? A estas alturas, cuesta creerlo.
El buque resiste apenas y en algún minuto explota
Desde que la Armada se deshizo de Naval a comienzos de los 90, con el ancla en Primera, nunca más pudieron ser el temible equipo que alguna vez fue. El 2011 rozaron la gloria, pero no pudieron volver a Primera tras perder la liguilla contra Wanderers. Ese año, los choreros se entusiasmaron en el camino y tiraron la casa por la ventana. Había que hacerlo para subir, pero la apuesta no funcionó. Viajes, hoteles, localía en el CAP y, al año siguiente, renovación de sus figuras por sueldos muy elevados. Todo al saco. Súmele los juicios laborales perdidos.
Naval gastaba lo que no generaba, se endeudó, pidió por todos lados y sus dirigentes los mismos de siempre durante una década- ya no podían hacer de mecenas. El 2014 son castigados con el descenso a Segunda por incumplimientos económicos y documentos falseados. Sumaron al ex alcalde de Hualpén, Marcelo Rivera, a la dirigencia y no sirvió mucho. Fernando Rojas es el jefe inamovible y hoy viven su peor momento: están a un paso de caer al fútbol amateur.
El ancla intenta sobrevivir en una división donde no hay apoyo económico desde la Anfp y la única solución para seguir vivos es salir de ahí. Suena fácil, pero no hay dinero para armar un plantel de peso y hoy el único objetivo es mantenerse de pie un año más. Miserable, para ser Naval. El lunes es fecha de pago y el directivo Gilberto Araya ya advirtió que están complicadísimos para cubrir los sueldos. Eso significaría otro descenso. Un club que necesita caras nuevas en la dirigencia, ideas frescas. Algo que evite en cualquier momento tiren la toalla