Se trata del film “No estoy en el mar”, del director Lucho Cifuentes Saravia y cuya historia se desarrolla en esta comuna del Biobío. Un íntimo relato en que una hija busca reconstruir la imagen de su padre y que se estrenó recientemente en salas alternativas.
Una conmovedora historia sobre memoria y territorio es lo que ofrece “No estoy en el mar”, película chilena del director Lucho Cifuentes Saravia. La cinta fue estrenada hace unos días atrás en salas nacionales y tiene como particularidad el haber sido filmada en San Rosendo, comuna del Biobío reconocida por su pasado ferroviario.
“La idea de la película nace de un taller de cine que realizamos en San Rosendo. Tomamos como base el relato oral local, sus narrativas, los personajes del lugar, la historia latente y el lugar como retrato vivo de la memoria reciente, surge la idea de realizar una película en San Rosendo, que tuviera relación con los casos de detenidos desaparecidos de la zona y que rescatara el patrimonio material e inmaterial del pueblo, incluyendo su pasado ferroviario hoy abandonado y en ruinas”, detalló Cifuentes.
Teniendo estos elementos y la disposición de la gente del pueblo, el director comenzó a escribir el guion de la película asesorado por Julio Pincheira, actor nacido y criado en San Rosendo. Así, la primera parte del proceso consistió en realizar entrevistas a los familiares del caso de detenidos desaparecidos de Laja/San Rosendo.
“En estas entrevistas surge la idea de retratar la historia de alguien que fuera hija de un caso similar, pero más reciente. Por el manto de silencio del pueblo y el temor de este y otros casos, su familia decidió dejar el pueblo atrás, esa historia, y rehacer su vida sin contarle a nadie sobre esto”, dijo el director.
A lo que hizo hincapié en que “primero que nada, el público va a encontrarse con San Rosendo. Es un pueblo que está en el imaginario de muchas personas en Chile por la ‘Pérgola de las Flores’, pero que no todos saben dónde está, ni sus historias. Van a poder ver una ventanita a su pasado y sobre todo, será un viaje en tren a su presente, abandonado y silencioso. Sin embargo, el lugar tiene una fuerza de convocar y reunir, que todavía sigue vigente, y que el personaje principal, a través de su propio viaje, nos lleva a descubrir. Las cosas quizás no logren regresar a nosotros como queremos, pero si pueden volver a emocionarnos para enfrentar lo que está por venir”.
En sí, “No estoy en el mar” cuenta la historia de Josefina, quien retorna a su pequeño pueblo natal, San Rosendo, con una misión cargada de sombras y esperanza: desentrañar la verdad sobre su padre, Manuel, a quien nunca conoció y que fue un férreo activista durante el Golpe Militar.
Destacar que la cinta tuvo un aplaudido paso por la Competencia de Cine Chileno de Sanfic y contó con el financiamiento del Fondo de Fomento Audiovisual, Convocatoria 2024 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, línea de Distribución.