Cultura y Espectáculos

El perfeccionamiento y adaptación acorde con los tiempos de la fotografía

La evolución de la captura de imágenes ha sido enorme estas últimas décadas gracias a la tecnología. Un salto tanto en ahorro de tiempo como también de accesibilidad a equipos fotográficos. Sin embargo, esta transformación digital de la disciplina no ha dejado de lado los procesos analógicos, que quizás más románticos, igual se siguen desarrollando.

Por: Mauricio Maldonado 14 de Agosto 2022
Fotografía: Cedida

Fue un 19 de agosto de 1839 que se anunció en París un invento que cambiaría para siempre la historia a nivel mundial. Louis-Jacques Daguerre presentó ante la Academia de Ciencias de Francia su inventó: el daguerrotipo, el cual le permitía capturar una imagen a través de un proceso químico. Nace así la fotografía y como una manera de celebrar dicha destacada efeméride, es que el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio establece agosto como el Mes de la Fotografía.

Más allá de las exposiciones, conversatorios y charlas en torno a esta disciplina, cabe destacar el gran avance que ha tenido con el tiempo y la alta cantidad de personas que se dedican a ello, siendo sin duda la tecnología lo que ha posibilitado dicho exponencial aumento. “La historia de la fotografía es también un cambio tecnológico. Los medios se complementan y la fotografía contemporánea también lo ha hecho. Los y las fotógrafas recurren a diversos soportes y recursos para contar sus historias. Bienvenida la tecnología y procesos cruzados entre lo analógico y digital”, apuntó Carlos Avello, fotógrafo local.

Para Guillermo Salgado, también experimentado fotógrafo de la zona, la tecnología ha beneficiado de gran manera la labor de quienes se dedican a la captura de imágenes, siendo mucho más eficiente y expedita la profesión. “El paso que hubo de la era análoga a la digital, en un comienzo fue lento, con cámaras de mala calidad y de valores muy elevados. Luego fue más razonable la relación precio calidad. Conversando con colegas nunca imaginamos a lo que llegaría hoy en día la fotografía, superando con creces las posibilidades, sobre todo en el área periodística, en que se han acortado una enormidad los tiempos de espera y entrega”, señaló.

Salgado igual pone en discusión los pro y contras de cada uno delos sistemas y procesos fotográficos argumentando que “ lo material de la foto análoga es lo que aún sorprende, es una maravilla el proceso de revelado y ver las copias en físico de las imágenes. Es netamente romántico, pero es costoso, lo digital abarata costos, con una tarjeta de memoria puedes tomar miles de fotos, en cambio con un rollo no puedes capturar más allá de 36 imágenes. Estás limitado por la extensión del rollo. Del punto de vista de la formación -’vieja’ versus nueva escuela- la foto análoga nos hace pensar más, en cambio las nuevas generaciones que no procesan mucho la situación ni el contexto, capturan imágenes sin una mayor detención”.

Mientras que para Karen Baher, fotógrafa penquista y parte del colectivo Rastro, siempre es positivo encontrar nuevas maneras de experimentar con la imagen,” personalmente siento que el ritmo de los procesos fotográficos análogos y/o experimentales o antiguos, permiten pasar más tiempo con uno mismo y reflexionar acerca del mundo de una manera más lenta, sentir quizás, sin saber que es lo que exactamente resultará de eso, aprender a amar el error también”.

Democracia visual

Para Agnes Lupus, también fotógrafa de la zona, si bien hay claras diferencias entre ambos sistemas fotográficos, perfectamente se pueden complementar, “cuando hago una producción fotográfica, en el momento que preparo el set, estoy haciendo pruebas todo el rato con el teléfono y cuando disparo con película sólo hago una toma, que es la decisiva. Pienso que el avance tecnológico siempre va a ser positivo, sólo hay que aprender a trabajarlo, ambas técnicas son igual de válidas, ya que tienen el mismo propósito: hacer fotografía. Sin embargo, para mi sigue siendo mejor la fotografía análoga, por que mi ojo ya está entrenado para hacer sólo un disparo y tener lista la fotografía en mi mente antes de revelarla”.

Un hecho que ha venido de la mano con esa evolución digital tecnológica de la fotografía, es que prácticamente todo el mundo tiene una cámara en sus bolsillos, desvalorizando en cierta medida la profesión. “De alguna manera creo que todos somos fotógrafos (as) o tenemos ideas fotográficas constantemente. Ahora para ser fotógrafo profesional es otro cuento. Y vivir de la fotografía, otro diferente. Si bien el equipo no crea la mirada particular, si ayuda mucho trabajar con buenas herramientas, como en todo. Pero crear una fotografía interesante, va más allá de lo técnico. Influyen muchos factores, además de ser algo bien mágico”, confesó Baher.

Palabras que van en la misma línea con lo planteado por Avello, quien enfatizó que “todos y todas pueden ser fotógrafos, es la historia y democratización del medio. Pero no cualquiera es capaz de hacer un relato intencionado contar un a historia real y auténtica desde su lugar o desde un contexto singular y único, eso es lo complejo. Qué hacer, desde dónde y cómo. Los celulares son fantásticos y también la masificación de su uso. Pues bien ¿cómo es el uso de la imagen? da para pensar cómo interpretamos las fotografía hoy. ¿ Somos manipulados por el medio? cómo cuestionamos la imagen? Nuestra cultura visual está en un vértigo directo a un precipicio si no enseñamos a cuestionar los mensajes de las imágenes”.

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