La donación del tejido es vital para que pacientes con patologías puedan recuperar la vista. Centro de salud diagnostica anualmente a un promedio de 6 personas y tiene en su lista de espera de 16.
Junto con el riñón y el hígado, las córneas son el tejido más requerido para realizar trasplantes a nivel nacional. El año pasado, según el último informe emitido por el Instituto de Salud Pública, en Chile se concretaron 265 intervenciones de este tipo, y en lo que va de 2024 ya se contabilizan 42 cirugías.
Actualmente, según el documento, existe en el territorio nacional una lista de espera de mil 860 personas que padecen, por ejemplo, opacidades, cicatrices y deformidades de la córnea, entre otras patologías, que requieren ser sometidos a un trasplante de córnea.
Para los especialistas la implantación del tejido es primordial, pues hace la diferencia entre lograr ver, o bien, permanecer en la oscuridad, de ahí la importancia del trabajo que está realizando el Hospital Las Higueras de Talcahuano, centro de salud que desde 2023 está realizando procuramiento del tejido, contabilizando 2 a la fecha, y que recientemente realizó el primer trasplante de córneas.
A pesar de los avances en la materia, según detalló la doctora Loreto Triviño, oftalmóloga que estuvo a cargo del trasplante, el centro hospitalario mantiene una lista de espera de 16 personas, nómina que si bien es acotada, seguirá en aumento considerando que anualmente 6 personas son diagnosticadas con enfermedades que requieren de un trasplante de córnea para la recuperación del paciente.
Si bien la realización de la cirugía depende de la donación de órganos, la oftalmóloga prevé un panorama muy favorable, pues “por cada procuramiento que se realice, una de las córneas extraídas se quedará acá, la otra se va al poll nacional (Banco Nacional de Tejidos). Eso será un gran avance en la lista de espera, nos permitirá realizar más trasplantes”, aseveró Triviño, encargada del Departamento de Córneas del hospital porteño.
Valeska Macaya, enfermera del área de procuramiento, proyectó que anualmente, considerando, los donantes de órganos y tejidos que fallecen por causas neurológicas, “ y las estadísticas que llevamos en el tiempo, podríamos contar con cinco donantes por año, lo que equivaldrá a 5 trasplantes, lo que es muy bueno”, comentó.
La enfermera aseveró que el equipo está esperanzado en poder aumentar el número de trasplantes de córneas para ir en ayuda de quienes requieren recuperar su visión, pero que entre las limitantes está el hecho de que, actualmente, sólo pueden ser donantes de órganos y tejidos las personas que fallecieron por muerte encefálica, pero no por decesos en general.
“En el caso de la donación de córneas no necesariamente tiene que ser por muerte encefálica, podría ser obtenida de cualquier paciente fallecido (…) Ese es otro proyecto que nos gustaría mucho implementar en el hospital porque así aumentaríamos el universo y tener más donantes. Con ese cambio disminuiríamos la lista de espera, que hoy tiene 16 pacientes, pero que de aquí a fin de año, obviamente, va aumentar. Con este proyecto podríamos dar solución a más pacientes”, manifestó.
Eso sí, aclaró que el donante cadáver de otra patología, antes de realizar el trasplante, debe ser sometido a una serie de exámenes para que sea un candidato óptimo para la donación de tejidos.
Macaya agregó que la iniciativa se debe analizar, tanto con la doctora Triviño como también con la dirección del hospital, de tal manera que pueda ser implementada en el corto plazo. “Es una opción muy buena (…) esperamos en noviembre o diciembre tener los primeros donantes de córneas con distintas causas de muerte”.
La doctora Triviño aseveró que el trasplante, realizado con córneas de pacientes fallecidos de otras patologías que no sean muerte encefálica, es un camino que se debe recorrer. “Esperamos poder ampliar la donación de órganos (…) pero para eso también requerimos concientizar a la población y equipar al hospital con todo lo que requerimos, recorrer todo un camino administrativo y de logística que se debe hacer”.
Otra de las dificultades para conseguir donantes es que los deudos no accedan a la donación. “Sabemos que es un momento muy difícil para las familias, no siempre acceden a la donación porque el tema no fue conversado previamente y no saben la opinión que el fallecido tenía al respecto”, dijo Macaya y agregó que la conversación en familia es vital para avanzar en materia de donación de órganos.
En cuanto al primer procedimiento efectuado a una mujer de 49 años, que en su ojo izquierdo sufría de Leucoma -cicatriz que provoca una disminución importante de la agudeza visual- la profesional afirmó que se trata de una cirugía , que toma alrededor de una hora y media en realizarse. “Hacemos un injerto penetrante que consiste en cambiar la córnea en todas sus capas, desde la más externa a la más interna”.
Dicha cirugía permite recuperar la visión, pero según advirtió, el proceso es lento. “En nuestra paciente, que tenía una opacidad total, el cambio es más drástico, pero eso no sucede en todos los pacientes, no es que al otro día (de la cirugía) vayan a ver bien. En el primer año la mejora es parcial y después de eso viene una rehabilitación visual. Al segundo año podría tener una visión definitiva”.
Tras el trasplante, explicó Valeska Macaya, es muy importante que el “paciente tenga una adherencia total con el tratamiento, asistir a controles y mantener los cuidados necesarios de forma rigurosa”, dijo y agregó que lo anterior se debe a que en todos los trasplantes existe un riesgo de infección y de rechazo.