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Traumatológico da alta al último paciente Covid y aborda postergados

Después de 18 meses de funcionar casi exclusivamente para paliar la crisis sanitaria, el centro de especialidad vuelve a su rol: operar huesos. Eso sí, lo hace reforzado con las competencias que le dejó la misma pandemia.

Por: Sebastián Henríquez 10 de Octubre 2021
Fotografía: Carolina Echagüe M.

En la sala de espera del Hospital Traumatológico hay dos guardias y un puñado de personas sentadas -a una buena distancia entre sí- en las bancas que hay ordenadas en hileras.

No es mucha gente, y hay un silencio que contrasta con la bulliciosa calle San Martín justo afuera. Nada lo quiebra, ni cuando alguien pide una lata de bebida en la máquina de autoventa, ni cuando una mujer pregunta algo a la señorita detrás del mostrador con el letrero que dice “informaciones”.

Esta calma parece sacada de una película, pero no. Está sacada de los días previos a la pandemia, cuando este centro de salud funcionaba sin camas críticas, sin personal de refuerzo y sin poder atender más que a los contagiados por el coronavirus.

El Traumatológico, el trauma como le dicen sus funcionarios, dejó esos días atrás.

Hace poco, apenas una semana.

Entonces, el recinto dio de alta a su último paciente Covid.

Se trata del primer hospital complejo que da ese paso. Es decir, es el primer centro de salud que cuenta con camas críticas para pacientes Sars Covid 19, que deja este rol.

Es un reflejo de cómo la pandemia amaina.

De hecho, el Hospital de Coronel -que solo tiene unidades de cuidado medio- tampoco tiene ya pacientes Covid.

Esto no significa que la pandemia haya terminado. Por las ventanas del Traumatológico se ve la entrada de ambulancias al Hospital Regional, y un par de pisos más arriba, están los pasillos de donde funcionan las UCI Covid que hay en el lugar.

El Covid sigue ahí.

Según informa el Ministerio de Salud, en la Región del Biobío, hay 2,3 casos por cada 100 mil habitantes, y aunque la cifra es menor a la que se tuvo en marzo, es un alza respecto de la semana previa a las Fiestas Patrias, donde había 2,0 casos por cada cien mil habitantes.

Lo que sí significa que el Hospital Traumatológico haya dado de alta a su último paciente Covid, es que retoma su rol como centro de especialidad. Es decir, atender casos de personas policontusas, operaciones de cadera o columna, fracturas.

Es un respiro para el sistema, pues libera recursos en otros centros, y permite abordar una lista de espera que creció notablemente en pandemia, cuando el Ministerio de Salud ordenó postergar todas las atenciones no urgentes para enfocarse en el Covid.

Según la directora (s) del Traumatológico, Alejandra Guerrero, ese es el rol que toca ahora. “Después de un arduo trabajado este Hospital egresó a su último paciente Covid, lo que nos llena de orgullo y esperanza respeto a la situación epidemiológica a nivel local y nacional, por otro lado, nos permite retomar nuestra actividad habitual en el área de la traumatología”.

Días difíciles

Transformar un hospital de especialidad, en uno Covid, no es tarea sencilla.

Implica cambios en equipamiento, en el personal y en sus capacitaciones.

Isabel Figueroa, coordinadora de la UCI del Traumatológico, cuenta cómo fue pasar de un centro de salud sin camas críticas, a otro con una UCI que llegó a tener siete.

“Antes trabajábamos solo la parte traumatológica, y en 2020 tuvimos que convertir una UTI, en UCI, recibiendo pacientes Covid. Fue complicado, porque nos tocó hacerlo justo en el boom del Covid, y todos los hospitales del país estaban contratando gente, era muy difícil encontrar”, cuenta en su oficina, ubicada a un costado del pasillo que conecta los pabellones quirúrgicos, con la sala donde se montó la UCI.

Esta, originalmente, cumplía otro rol: acá se recuperaban los pacientes recién operados. Es un proceso que toma un par de días, lejos de la demanda que plantea un paciente Covid.

El cambio fue profundo:

“Esto se llenó de equipos de protección personal, pecheras, guantes, gorros, el personal antes de entrar tenía que vestirse completo, con el traje blanco, y entraban a la sala”, relata.

“Antes había dos TENS y una enfermera por cama. Ahora estamos con más personal, porque hay listas de espera así que estamos con tres TENS y dos enfermeras”, dice.

“El paciente Covid tiene problemas respiratorios, nosotros vemos traumatológicos, entonces, es nuevo. Teníamos una sola kinesióloga, de ocho a cinco, y tuvimos que ampliar esos turnos”, añade.

El trato también es diferente. El paciente traumatológico sale de pabellón a recuperarse, ha solucionado un problema: operó su cadera y vuelve a caminar, operó su columna y deja de usar bastón.

El paciente Covid entra a la UCI sedado, y no se sabe si saldrá con vida de ahí.

Fuerte encuentro

A Karen Pérez, enfermera clínica, le tocó recibir al primer paciente Covid en un hospital que hasta ese momento, sólo atendía fracturas. En palabras sencillas, todo lo relacionado con huesos.

“El primer paciente llegó el 20 de marzo, fue una colega. El lunes siguiente, el 23, tuvimos que hacer turnos de 24 horas, y tuvimos dos ingresos, que a las pocas horas se fueron a la UCI. Se descompensaron, los presentamos al médico residente, y se derivaron a la UCI del regional”, cuenta.

“Esa vez, me tocó ingresar una paciente a la una de la tarde, se descompensó, tomamos exámenes, a las cinco de la tarde tuvimos que llevarla al quinto piso del regional con una colega. No sabíamos nada, si había que colocar la mascarilla por sobre la mascarilla de oxígeno, era todo nuevo para nosotros, teníamos miedo”, agrega.

Este recorrido significa bajar del tercer piso del Traumatológico hasta un subterráneo, moverse por un pasillo hasta el edificio del Hospital Regional y una vez allí, llegar al quinto piso donde están las UCI. Como el Covid es muy contagioso, el tránsito de esta camilla implica aislar todo este tramo mientras se mueve al paciente.

Esto, que es una molestia cuando se hace dentro de un hospital, es una verdadera tara cuando se trata de dos. Aquí se optó por montar UCI’s en dentro del Traumatológico.

“Al mes, o poco después, habilitamos parte del servicio, luego el piso, y se cambió casi todo el hospital completo. Llegamos a siete camas”, explica.

El traumatológico hizo otras cosas. Además de las siete camas UCI, montó 16 UTI -de menor complejidad- y 32 para cuidados medios. Esto llevó a la modificación de la planta física, la redistribución del personal y su capacitación.

Pero fue útil, se atendieron un total de 1.911 pacientes Covid.

Cuando se fue del Traumatológico el último paciente Covid, el personal respiró aliviado.

Quedan huellas en los pasillos, como letreros que advierten de que tal o cual ascensor es de uso exclusivo Covid. Pero junto con ello, se ve a los arsenaleros preparando pabellones, al personal de aseo despejando la sala de postoperatorio.

Se preparan para lo que viene, una enorme lista de espera que asumen con entusiasmo. Mal que mal, es su rol, su especialidad: los huesos.

Eso sí, se mantienen alerta. La doctora Guerrero sostiene que ““el Covid estará presente en la población durante un periodo prolongado y no excluye a pacientes traumatológicos”.

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