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Externalidades de construcción de edificio complica a vecinos del centro

Colegio San Agustín sufrió daños en techo del área prebásica. Municipio penquista exigió que constructora presente plan de mitigación. Afectados analizan acciones legales.

Por: Ximena Valenzuela 20 de Septiembre 2021
Fotografía: Raphael Sierra. Diario Concepción.

Si bien, la construcción de nuevos edificios permite generar empleos y reactivar la alicaída economía local, las faenas de éstos pueden transformarse en un verdadero calvario para quienes viven en sitios colindantes: ruido constante, polución excesiva y fuertes vibraciones, que dañan las estructuras, son sólo parte de las externalidades del proceso constructivo.

Precisamente este el drama que está viviendo la comunidad de adultos mayores del edificio Copam, ubicado a un costado del proyecto creado por la inmobiliaria Janequeo, que contempla 23 pisos de edificación con 298 departamentos, que desde hace un par de semanas comenzó con obras que no permiten un normal descanso a las ocho familias que habitan el Copan.

Manuel Soto y su esposa Verónica Matamala han sufrido daños “trizaduras en el techo, grietas en las paredes y la caída de escombros a la zona de estacionamientos (…) no nos pidieron permiso, ni nos informaron los trabajos. No sabemos que daños estructurales tengamos después porque las vibraciones han sido infernales (…) y ahora van a continuar porque están haciendo excavaciones para tres niveles con 198 estacionamientos”, aseguró Soto.

La comunidad Copan presentó sus molestias a las inmobiliaria Janequeo, sin recibir opciones de medidas de mitigación para solucionar el conflicto. “Hablé con don Julio Rivero, constructor y representante de la obra, sólo nos ofrecieron que nos fuéramos mientras ellos construían y que les dejáramos nuestra casa como oficina. Están enfermos”, recalcó Soto.

Además de la comunidad Copan, el Colegio San Agustín ha sufrido complicaciones con la construcción, pues con las vibraciones sufrieron la rotura del cielo raso del área prebásica, que deberán reparar con recursos propios, alcanzando una inversión cercana a los $5 millones.

Alberto Sandoval, director de Administración y Finanzas del establecimiento educacional, “por dos semanas en que estuvieron haciendo hincado de pilotes, el ruido y la vibración molestaba para realizar las clases, generaba movimiento de cámaras de los alumnos en clases híbridas y complicaba también a los presenciales”.

Producto de los problemas generados, el Colegio San Agustín presentó una carta al municipio buscando ayuda para disminuir los ruidos, polución y daños que, hace algunos días emitió un oficio en que solicita a la empresa entregue “el programa de mitigación de ruidos, así como el programa de trabajo que señale los equipos productores de ruidos, cómo se mitigará y muy importante cómo se ha efectuado la comunicación con los vecinos”.

El colegio, que cuenta con 1.247 alumnos y 115 docentes, espera contar pronto con una solución efectiva y recibir respuesta de la Superintendencia de Medio Ambiente quien aún no se ha pronunciado sobre la problemática.

Desde el municipio dijeron que esperan dar pronta solución a la comunidad e indicaron que han realizado diversas fiscalizaciones en terreno para asegurar el cumplimiento de la normativa vigente en materia de construcción.

Pamela Gallardo, vecina y ex presidenta de la Junta de Vecinos Parque Ecuador Norte, se mostró preocupada por los daños sufridos por la comunidad, pues sus padres sufrieron algo similar hace unos años en su vivienda en San Martín con Paicaví por una construcción de la misma empresa y “conozco algunos adultos mayores que perdieron la audición producto de los ruidos de sus construcciones (…) Ellos deberían ofrecer medidas buenas, pantallas de ruido, mallas para evitar polvo y comunicarse con la comunidad, pero nada”.

A pesar que Diario Concepción intentó contar con la opinión de la inmobiliaria, tanto telefónicamente como por correo a su sitio oficial, no hubo respuesta.

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