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Cuestionan eventual vuelta a clases presenciales sin vacuna

El ministerio de Educación planea que los estudiantes vuelvan a las aulas el 1 de marzo. Sin embargo, no están claras las condiciones de seguridad para los menores y, sin una inoculación de por medio, los padres serán la mayor piedra de tope que deberán sortear.

Por: Ximena Valenzuela 04 de Enero 2021
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Si bien la llegada de la vacuna de Pfizer a la Región, con la que ya se inoculó a 2.057 profesionales de la Salud, entrega un pequeño respiro tanto al estresado sistema hospitalario como a la comunidad en general, hasta el momento no existe una fórmula para menores de 18 años que aporte seguridad a dicho grupo etario.

La falta de ensayos clínicos concluyentes de las vacunas en desarrollo, incluidas las cuatro con las que Chile tiene convenio, hace peligrar la vuelta presencial de escolares a las aulas el 1 de marzo.

“Por mucho que el Gobierno quiera que los niños vuelvan, si no hay vacuna. No creo que arriesgue a mi hija. Si este año se pudo realizar todo online debería seguir así”, dijo Marcela Ruiz madre una menor que en 2021 ingresará a sexto básico.

Julián Becerra, padre de Joaquín, estudiante que fue promovido a primero medio, teme por su hijo. “Algunos dicen que deben volver los de enseñanza media, pero sin vacuna es un gran riesgo que nadie quiere correr y por el que nadie va a responder”, comentó.

A pesar de las aprehensiones de los padres, antes de dejar su cargo como seremi de Educación, Fernando Peña, que está haciendo uso de su feriado legal, afirmó que la orientación que el ministerio ha enviado a todos los sostenedores “es que se deben preparar para retornar de manera presencial a las salas de clases el 1 de marzo, siempre y cuando, la situación sanitaria así lo permita”.

Dijo que la escuela es un espacio que se debe adaptar a la nueva normalidad con los protocolos y las medidas sanitarias “sobre todo, poniendo el foco en la flexibilidad y capacidad de transformar el proceso educativo, combinando la presencialidad y la educación a distancia en casos donde sea necesario”.

La opinión de Peña fue refrendada en el primer informe que el consejo asesor entregó al ministerio de Salud y Educación en el que plantean que es imprescindible garantizar que 2021 no será otro año sin clases presenciales por las implicancias que a mediano y largo plazo genera en el aprendizaje y bienestar de los alumnos.

El documento, elaborado por el consejo tras conversar con directivos de los colegios que regresaron a las aulas este año, dice que se debe crear un registro nacional de Covid-19, vacunar a todo el profesorado y que los colegios deben buscar estrategias concretas de conectividad y vinculación con los estudiantes.

Cecilia Soto, jefa de Salud Pública de la Seremi, afirmó que hasta el momento sólo se han realizado reuniones por la Prueba de Transición Universitaria “para organizar medidas sanitarias, pero por el inicio de clases aún no”.

Agregó que es importante considerar la vuelta presencial a clases se debe evaluar con más proximidad y dependiendo del escenario epidemiológico.

Igual como estamos

El presidente regional del Colegio de Profesores, Boris Figueroa, aseveró que al no existir una vacuna dirigida para menores de 18 es bastante complicado volver a clases presenciales, “más aún ahora que estamos viendo un aumento significativo de personas contagiadas con el coronavirus. Será difícil la vuelta a clases”.

Para el directivo del profesorado la voz la tendrán los apoderados que, aseguró, se han negado en todos los términos a volver a clases sin “una claridad, con respecto a la seguridad (…). Vamos a seguir tal como estamos. El escenario se supone que se va a complicar más cuando volvamos en marzo, después vienen las bajas temperaturas y además, la nueva cepa que ya llegó al país es mucho más contagiosa que la primera”.

Dijo que el retorno requiere que el ministerio de Educación se abra a conversar con el profesorado y llegar a un consenso comunal y regional, incluyendo a los padres, además del mundo científico, para determinar las condiciones mínimas del retorno.

Por más que el Gobierno quiera volver, si no hay acuerdo, no sucederá, porque los niños son el tesoro más grande que tienen los apoderados y no los van a arriesgar”, acotó.

Si se continúa con clases telemáticas los profesores, aseveró, harán exigencias en cuanto a la conectividad y los equipos que sean más acordes “para que las empresas que prestan servicios de Internet realmente lo entreguen como corresponden. Entramos a clases y se cae el sistema y hasta ahí no más llegamos. El gobierno tendrá que ver la instancia para la conectividad de la comunidad más vulnerable”.

Mayor movilidad

Los profesores, manifestó Figueroa, quieren volver a las aulas porque el trabajo telemático “ha sido muy duro, prácticamente, 24/7 para los de colegios municipalizados (…) pero necesitamos volver con seguridad para todos. Los alumnos se trasladan de un lado a otro, en locomoción colectiva, porque son los más vulnerables y ese es un foco de riesgo aún más grande”.

Concuerda con la opinión de Figueroa el alcalde de Concepción, Álvaro Ortiz, quien aseveró que la discusión de vuelta a clases presenciales no sólo se debe centrar en presencia de los niños en las aulas, sino también en el aumento de movilidad en el transporte público, la cantidad de personas que transiten por las calles y un aumento considerable de vehículos, sobre todo, en el entorno de los establecimientos educacionales.

Por lo tanto, la vuelta a clases, según el jefe comunal, debe contempla una mirada amplia con un conjunto de medidas preventivas en el ámbito sanitario, de tránsito y en el transporte público. “Así podríamos hablar de un plan integral de retorno a clases”.

El alcalde acotó que la visión entregada es desde el punto de vista municipal y de las medidas integrales, pero no como administrador de la educación dado que todas las escuelas y colegios pasaron a manos del Servicio Local Andalién Sur.

Bajar aforos al máximo

Germán Acuña, presidente regional del Colegio Médico, contó que en algún momento el grupo científico local entregó una serie de sugerencias al ministerio de Educación relacionadas con la vuelta a clases, como el aforo en las salas sean menores, recreos diferidos, y determinar clases presenciales y telemáticas. Además de vacunar al profesorado.

El presidente nacional del Colegio de Expertos en Prevención de Riesgos, Alejandro Valdebenito, recordó que para los aforos se debería contemplar la misma norma que en los centros comerciales, es decir, 10 metros cuadrados por menor. Por tanto, en una sala de clases de 40 metros cuadrados sólo habría cupo para tres niños y un docente.

Para Acuña los aforos deberían ser aún más reducidos en los colegios, pues “será más difícil controlar la distancia entre los menores por lo que no sólo ellos estarán en riesgo, sino también padres y abuelos que no estén vacunados, porque los niños son vectores”.

Los colegios que cuenten con los medios tecnológicos, según Acuña, podrían continuar en clases telemáticas, “pero los que no cuentan con los medios, que están quedando rezagados, quizás, sí deban ser tres niños por aula”.

Agregó que se debe involucrar a los niños, de forma telemática, para que ellos aporten con ideas de cómo debe ser la vuelta a clases.

Acoger con calidez

Para la Fundación Liderazgo Chile (Flich), que trabaja por fomentar la educación emocional en el país, la vuelta a las aulas presenta un escenario frágil, físico y emocional, debido al confinamiento.

“No sería raro vernos enfrentados a niños ansiosos, con miedos, incertidumbre, sentimientos de culpa, carencias de juego, de socialización y deprimidos”, dijo Arnarldo Canales, director ejecutivo de Flich.

Dijo que es innegable que en medio de la pandemia el hogar es el único lugar seguro, por lo que muchos niños presentarán problemas para readaptarse entre sus pares.

Ante este panorama, el magíster en inteligencia emocional, afirmó que se requiere una reinvención histórica de los docentes en relación a los criterios educativos y de cuidado de la salud física, mental, emocional y social.

Las escuelas, recalcó, deberán acoger a los estudiantes con calidez y en pequeños grupos, ofrecer espacios de intimidad para elaborar e integrar sus vivencias traumáticas para ayudarles a recuperar la confianza y seguridad en sí mismo.

Considerando las normas estrictas y prohibitivas en que funcionaran, Flich recomendó preparar el retorno de los estudiantes, trabajando dos semanas antes con los docentes. Los primeros siete días basados en el autocuidado, contención, bienestar, trabajo en equipo y seguridad psicológica para replantear la nueva mirada educativa.

La segunda semana, en planificación, secuencia didáctica, estrategias concretas para abordar con los estudiantes, diagnóstico de aprendizajes, reencuentro con familias, entre otras.

Al retorno de los estudiantes se debe abordar las mismas temáticas trabajadas con los docentes, evaluarlos socioemocionalmente y, siempre que las condiciones climáticas lo permitan, sugieren que el 70% de las actividades escolares se realicen en espacios abiertos (patio o naturaleza), pues será un factor de resiliencia para la infancia post confinamiento, que les ayudará a crecer y desarrollarse saludablemente a nivel físico, emocional, social, creativo e intelectual.

Riesgo muy alto

Según estudios del ministerio de Salud, el 25.1% de la población mayor de 15 años es obesa, 39,3% tiene sobrepeso, además de prevalencias de diabetes, hipertensión arteriar y riesgo cardiovascular.

Y si a eso agregamos que el 37,3% de los menores de seis años de la Región tiene mal nutrición por exceso, es decir, obesidad y sobrepeso, la vuelta a clases pondría en riesgo a un gran parte de la comunidad.

Para la epidemióloga Maritza Muñoz la vuelta a clases no debe realizarse el primer semestre, pues aún están en desarrollo los ensayos clínicos para niños y además, durante dicho período sólo una parte de la población de riesgo estará inmunizada, pero no toda la comunidad.

Si bien, los niños en general son asintomáticos, muchos crónicos o con patologías no diagnosticadas y funcionan como vectores, existe un riesgo alto para los enfermos crónicos, pues será difícil hacerles entender que deben mantener la distancia y usar mascarilla.

“Cómo van a controlarlos, se necesitaría muchos insumos y mucho personal (…). Todos los países que han vuelto ha clases han experimentado rebrotes originados por los niños, que tienen mayor carga viral, y los primeros que caen son los profesores”, comentó.

Lo más sensato sería continuar con clases telemáticas porque aunque los niños no presenten síntomas podrían contagiar a sus padres o abuelos, que no estén vacunados porque no están incluidos en los grupos prioritarios. “Continuar por un semestre más en clases online no generará un mayor problema”, dijo Muñoz.

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