Especialistas recalcan la importancia de conversar los miedos e inquietudes con familiares y amigos. Además de solicitar ayuda médica a tiempo, pues la Covid-19 generará una nueva pandemia en el área psicológica.
Es indiscutible que el confinamiento prolongado, debido al coronavirus, que ya suma más de 25 mil contagiados en la Región, está generando graves consecuencias en la salud mental la población.
Y es que, según la Comisión Médica Preventiva e Invalidez (Compin), desde enero hasta septiembre en Biobío, se han emitido 59.446 licencias médicas por trastornos mentales y de comportamiento.
Al comparar las cifras 2020, con el mismo período del 2019, se han cursado 21.549 permisos médicos por salud mental y desde marzo a septiembre se contabilizan 19.277, con un promedio mensual de 7.030, que en julio marcó un peak de 8.164, personas con licencia.
El estudio “Termómetro de la Salud Mental en Chile ACHS-UC“, estableció que la pandemia ha afectado al 49,4% de los adultos a nivel país, que evalúan su estado de ánimo como “peor o mucho peor” desde que el virus llegó al país. Además, el 34,6% reconoció presentar problemas de salud mental.
“En la post pandemia y durante los próximos meses se van a acentuar los trastornos de salud mental de los chilenos, además de la ansiedad y depresión, también estará el estrés postraumático de personas que, por ejemplo, estuvieron hospitalizadas por la Covid-19, el personal de salud que ha estado en la primera línea y también de aquellos que han sufrido por parientes fallecidos”, recalcó Roberto Amon, director médico de iPsiquiatria.com.
Andrea Salgado, encargada Regional Programa Salud Mental de la Seremi, explicó que las situaciones críticas siempre son estresantes, pero que la Covid-19 presenta estresores específicos que pueden afectar a la población.
“El riesgo de ser contagiado y contagiar a otros, la preocupación de madres, padres y cuidadores ante la suspensión de clases y necesidad de dejar en casa a los niños, sin compañía y apoyos adecuados”, detalló.
A la lista se suma el riesgo de empeoramiento de la salud física y mental, “temor a no poder trabajar durante cuarentena o aislamiento, preocupación por no poder generar ingresos y/o de ser despedido del trabajo, entre otros”.
Recalcó que es importante ayudar a las personas a hacer frente a situaciones difíciles y recuperar cierto sentido del control: descansar lo suficiente, comer lo más regularmente posible y tomar agua.
Conversar con familiares y amigos y personas de confianza los problemas, relajarse, hacer actividad física y ocuparse la higiene personal, son parte de la fórmula.
La médico psiquiatra y directora del Grupo Cetep, Claudia Barrera, asegura que la salud mental debe ser parte de la conversación cotidiana. “Mientras más normalizamos la importancia de cuidar activamente nuestra salud mental, ayudamos a que más personas dejen de lado el estigma y se atrevan a acudir por ayuda profesional oportuna”, dijo.
La cuarentena y el distanciamiento físico, según el seremi de Salud, Héctor Muñoz, son medidas sanitarias fundamentales para prevenir el contagio, pero que conllevan una carga de estrés por no ser una rutina a la que estamos acostumbrados.
Por ello, crearon las guía de bienestar emocional, de autocuidado para niños, adolescentes y adultos mayores que, aseveró, entregan recomendaciones para “mantener las rutinas de alimentación, horas de sueño, ejercicio y otras actividades que tributan al autocuidado, y establecen canales de consulta y apoyo para facilitar la escucha activa”.
Las guías, que se pueden descargar en la página del ministerio de Salud, se complementan con la plataforma saludablemente (www.gob.cl/saludablemente) que surgió producto del diálogo con la sociedad civil y el trabajo de la Mesa Social Covid-19.
Aporta sugerencias en el contexto de cuarentena para niños, adultos, cuidadores, profesores, personas con Covid-19 y contactos estrechos, además de acceder a consultas psicológicas o psiquiátricas de forma gratuita, entre otras, prestaciones.
Quizás los grupos más afectados, pero sin registro de licencias, son los menores de edad y los adultos mayores, para quienes se recomienda, en general, no tener una sobreexposición a las noticias y redes sociales, debido a que la carga emocional que reciben, puede afectarles.
En el caso de los niños, en general, pueden presentar dificultades para dormir, dolores de cabeza o de estómago, enojo o miedo a estar solos.
Ante dichos signos, se recomienda transmitirles tranquilidad y seguridad, mantengan las rutinas, especialmente, las de juego, movimiento, lectura, así como actividades domésticas; promover el uso seguro de la tecnología para mantener la comunicación con la familia y amigos.
Para las personas mayores las medidas son más estrictas, debido a que tienen preexistencias médicas, que pueden complicarse ante la presencia del virus, por lo que el aislamiento puede derivar en ansiedad, soledad, frustración, aburrimiento, miedo, desesperanza y/o rabia, lo que es normal en este contexto.
Se les recomienda mantener comunicación con la familia, respetar sus tratamientos médicos y cumplir una rutina en sus actividades diarias para que el cerebro se adecue a lo que está sucediendo.
Exponerse, en la medida de lo posible, a luz solar, levantarse y vestirse (no quedarse en pijama todo el día), incluir actividad física en la rutina (caminar por la casa o, pararse y levantarse de una silla 20 veces) y respetar horarios de alimentación.
Además, deben incluir desafíos mentales como crucigramas, sudokus o puzzles.