La iniciativa busca ir en apoyo de las mujeres y sus hijos, principalmente a aquellas que se han quedado sin trabajo debido a la pandemia de la Covid -19.
La migración hacia el Bío Bío es una realidad ya instaurada en nuestra sociedad y, es por ello, que quienes llegan al país no están exentos de los coletazos que ha traído la Covid-19, es decir, la falta de trabajo y la incertidumbre de cómo llegar a fin de mes.
Según la representante de la comunidad venezolana presente en Concepción, Francia Campos, “son muchos los compatriotas que están sin empleo y buscando la forma de volver a Venezuela. No hay dinero para los arriendos, por lo que muchos han sido desalojados, lo que ha llevado a que estén en situación de calle, algo muy complejo”.
Esta situación los llevó a pedir ayuda al Arzobispado de Concepción, quienes abrieron un albergue parroquial para mujeres migrantes y sus hijos en la Parroquia Madre de Dios, ubicada en la población Pedro del Río Zañartu.
“El hogar, que brindará alojamiento y alimentación diaria para un grupo de 10 mujeres, cuenta con todas las normas sanitarias correspondientes que indica la Seremi de Salud”, comentó la delegada episcopal de la pastoral social del Arzobispado de Concepción, Gabriela Gutiérrez.
En cuanto a cómo nació este espacio de ayuda, que recibirá a sus primeras beneficiadas el 13 de junio, Gutiérrez señaló que “esto se da en el contexto de la pandemia, con el fin de cubrir las necesidades de familias migrantes, especialmente aquellas mujeres con niños pequeños que están sin trabajo o trabajan de manera informal y tienen problemas para pagar arriendos, debido a la disminución de sus ingresos familiares”.
Sobre el funcionamiento, la delegada episcopal comentó que la casa de acogida funcionará las 24 horas y contará con un voluntariado y un personal básico para que puedan asegurar las condiciones sanitarias, con una barrera sanitaria en la entrada, toma de temperatura y lavado de manos.
“Dentro de las actividades que estamos planificando para este grupo de mamás está el capacitarlas en la confección de mascarillas, por parte de dos voluntarios franceses que nos apoyan”, señaló.
Iniciativa que fue aplaudida por el coordinador de la pastoral de inmigración del Arzobispado de Concepción, Alfonso Vera. “Esto es una gran ayuda debido a la gran cesantía que existe, la que no sólo afecta a los extranjeros, sino que, a todos por igual, la diferencia está en que los migrantes no tienen red de apoyo, por lo que esto (el albergue) es algo muy bueno. Muchos de ellos están viviendo hacinados, de a dos o tres familias en un sólo lugar y eso puede aumentar los casos de contagio”, dijo.
En tanto, la representante de la Fundación “Unidad de Inmigrantes Haitianos Bío Bío”, Unhibi, Carmen González indicó que “si bien, nosotros no tienen registros de haitianos en problemas, esto es bastante bueno para los extranjeros que están sin casa, como consecuencia de la falta de trabajo a raíz de la pandemia”.
Pero no sólo esta decisión ha ido en ayuda de la población extranjera presente en Concepción, ya que la congregación hermanas de la Inmaculada Concepción desde el año 2013 cuenta con la Casa del Migrante en calle Salas N.º 193 (casi al llegar a Cochrane), la que ofrece cobijo a madres y sus hijos recién llegados a la ciudad, la cual debido a la emergencia sanitaria dejó de recibir gente, reinventando su ayuda a platos de comida preparados para quien lo necesite.
“Nosotros ayudamos a un cierto grupo de familias, entregándoles alimentos, ya que no podemos recibirlos porque no contamos con el espacio necesario para el distanciamiento social que se requiere. Estamos funcionando con aportes privados y de particulares que nos entregan alimentos para poder cocinar e ir ayuda de los migrantes que lo necesitan, puesto que es muy grande la cesantía que se ha generado con la pandemia”, detalló la religiosa de la Inmaculada Concepción, hermana Guadalupe.