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Respirador UdeC-Asmar pasó más de 450 pruebas técnicas

Equipo a cargo destacó ventajas del proyecto, que puede ajustar su funcionamiento dependiendo del paciente.

Por: Marcelo Castro 19 de Mayo 2020
Fotografía: Facultad de Ingeniería UdeC

Cinco proyectos aún se mantienen en la iniciativa “Un Respiro para Chile” realizada por la Sofofa con el Ministerio de Ciencia y Tecnología y el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, entre ellos, un respirador desarrollado por el Universidad de Concepción y Asmar.

Todo comenzó con la idea de un grupo de profesores y estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la casa de estudios, quienes se inspiraron en el modelo de respirador mecánico liberado por el MIT y, a partir de ahí, imaginaron la creación de un aparato local. Sin embargo, faltaba el impulso de un fabricante que lo sacara del laboratorio, y que pudiera escalar la producción. Por ello, cuando Asmar se comunicó con la UdeC, la alianza fue natural.

El trabajo inicial no estuvo exento de dificultades. “La primera semana y media de trabajo con Asmar fue de mucha ansiedad de todo el equipo, porque estábamos contra el tiempo. Teníamos que ver la forma de poder sacar algo rápido, pero sin que perdiera calidad, sin que perdiera confiabilidad y robustez”, explica Pablo Aqueveque, académico del departamento de Ingeniería Eléctrica de la Facultad de Ingeniería, director de Centro Industria 4.0 (C4i) y líder del proyecto.

Desde entonces han pasado casi dos meses. Hoy, el Aparato de Asistencia Ventilatoria Mecánica UdeC-Asmar es uno de los cinco dispositivos seleccionados tras haber aprobado más de 450 pruebas técnicas exigidas para evaluar su fabricación masiva.

Entre las características destacadas del aparato, se encuentra un sistema completo y robusto de alarmas, que indican en tiempo real cómo se comporta el respirador ante un paciente. Se trata de avisos que pueden ser configurados por los propios médicos, así como también otros relacionados al trabajo del aparato. El académico explicó que estas alarmas son importantes, porque todas las personas reaccionan de forma distinta a un ventilador y, por lo tanto, se tienen que ajustar ciertos parámetros.

Con el paso de las horas, estos indicadores van cambiando de acuerdo a la reacción del paciente. “Por ejemplo, parten con un volumen de oxígeno de 500 ml y después se debe bajar a 400 ml, entonces se pueden colocar alarmas para que no pase de cierto volumen, como también si el propio paciente al generar una inspiración más alta en forma natural también avisa”, explicó Aqueveque.

“Para nosotros, es muy importante que entre los cinco prototipos finalistas, tengamos uno local que es resultado del trabajo de la UdeC y Asmar, porque significa que nuestra Región tiene absolutamente toda la experiencia y capacidad industrial para escalar”, dijo Paulina Assman, seremi de Ciencia y Tecnología.

Los próximos pasos son pruebas estandarizadas en animales y luego serán evaluados por un Comité de Ética. Tras esto, vendrán las pruebas con pacientes.

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