El proceso, que tendrá un costo total de 117 millones de pesos, no es vinculante ni parte formal de la modificación del PRC. Expertos indican que baja de niveles de edificación sería positiva.
Si bien el municipio penquista tenía planeado realizar la consulta ciudadana sobre la altura de edificios entre el 24, 25 y 26 de octubre, el estallido social lo impidió por casi tres meses. Sin embargo, esta semana, de jueves a domingo, se concretará no de forma presencial como se planeó, sino 100% online.
Según detalló el alcalde de Concepción, Álvaro Ortiz, participarán de la consulta todos los inscritos en el padrón electoral de la comuna hasta 2017 y mayores de 18 años con domicilio en Concepción.
El jefe comunal explicó que la consulta remota se realizará en una plataforma exclusivamente creada para la instancia “que se llama concepcionparticipa.cl, donde desde hoy (ayer) ya está la información que orienta sobre cómo será el proceso y tiene una sección de preguntas frecuentes para quienes deseen tener más información”.
Si bien, la consulta municipal, realizada en diciembre, presentó problemas de caída de sistema y complicaciones para que las personas participaran, el alcalde explicó que para dar mayor seguridad al proceso el municipio “contrató un servicio externo con una empresa especializada en estos procesos, Evoting, que es estricta en las normas de autentificación, secreto del voto y transparencia”.
Detalló que el sistema contratado ofrece seguridad “de los datos que se manejan en la consulta y garantía de que personas externas no podrán acceder a esos datos”.
En cuanto a la validez de una consulta que no es vinculante ni es parte del proceso formal de modificación del Plan Regulador Comunal (PRC), el alcalde enfatizó que para su gestión, la participación es un pilar fundamental. “Ya hicimos una consulta y ahora nuestro compromiso ha sido siempre respetar lo que la ciudadanía manifieste y el resto del concejo ha planteado lo mismo. Por tanto, es un ejercicio serio que venimos haciendo desde que comenzamos a construir esta propuesta con los aportes de todos”.
Ortiz agregó que entiende que son tiempos complejos en términos de confianza y que, precisamente, por ello, el municipio insistió en realizar la consulta que tiene un costo estimado de $117 millones, no obstante, lo gastado hasta la fecha es del orden de $70 millones.
Para Leonel Pérez, decano de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía (Faug) de la Universidad de Concepción, la propuesta del municipio es equilibrada, tomando en cuenta que Concepción crece en cerca de 500 personas por año.
“Con las alturas que están propuestas se absorbe el crecimiento vegetativo de forma racional”, dijo y comentó que la altura máxima de 15 niveles es adecuada, pues ciudades como Barcelona y París absorben el crecimiento con alturas de sólo siete pisos.
Mayor asoleamiento, vistas, evitar conos de sombra y asegurar la escala humana serían, a su juicio, parte los beneficios de tener una altura menor en la zona.
Aseguró que si bien algunos pueden proponer aumentar la altura para bajar el precio de las unidades en venta, la verdad es que es “no es verdad, aunque se baje la altura a la mitad, los precios lamentablemente van a seguir subiendo, pues se busca una mayor rentabilidad del sector construcción”, dijo.
Pérez agregó que las nuevas normativas de construcción, que son más exigentes, así como la especulación por el valor del suelo, también encarecen el precio final de la vivienda.
Lo ideal, a su juicio, debería ser que el Estado regule los precios de las viviendas, tal como ha sucedido en Brasil y Colombia.
Una serie de organizaciones sociales, interesadas en bajar la altura de las edificaciones, buscando generar conciencia de la importancia de participar en la consulta ciudadana y entregar observaciones al plan regulador. Dichas objeciones podrán presentarse hasta el dos de febrero.
Dicha campaña, llamada Conce con Sol, según explicó Bruno Betanzo, director de la ONG Participa del Plan, intenta explicar de manera didáctica a la comunidad por qué es positivo tener edificios de hasta cinco pisos.
Sol en los barrios, cuidado de aguas subterráneas, protección de la herencia arquitectónica, estándares de vida adecuados, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), serían parte de los beneficios que entregaría a la ciudad una regulación de hasta cinco pisos.
Además, según explicó Betanzo, la idea es que la ciudad se desarrolle para las personas y no pensando en las inmobiliarias que, a su juicio, sólo piensan en sus intereses económicos y no en las personas que habitarán y disfrutarán de la ciudad. “Si logramos bajar la altura será algo inédito a nivel nacional”.