Ciudad

Tendencia de techos verdes busca echar raíces en Concepción

El calentamiento global y la contaminación se combaten con la quinta fachada que no sólo aumenta la calidad de vida, sino también las escasas zonas de cultivo existentes en centros urbanos.

Por: Ximena Valenzuela 17 de Marzo 2019
Fotografía: Referencial

La modernización de las ciudades, que día a día suma más y más construcciones, muchas de ellas en altura, ha cambiado por completo la imagen de las ciudades, convirtiéndolas en verdaderas selvas de cemento, que están asfixiando el planeta.

De ahí la importancia de los cambios que está impulsando, tanto a nivel internacional como en la zona, buscando que las terrazas de los edificios cuenten con la llamada quinta fachada, o más conocida como techos verdes, que reducen la contaminación y mejoran la calidad de vida de sus habitantes.

De hecho, es tal la importancia que se le da a la construcción de la quinta fachada, que se inició hace algunos años sólo como un elemento decorativo, que actualmente países como Dinamarca, Francia, Suiza y Canadá están exigiendo por Ley la construcción de techos verdes buscando reducir el calentamiento global, iniciativa que ha resultado exitosa, por ejemplo, en Francia se logró aumentar en 1,2 millones de metros cuadrados las áreas verdes en techos de centros comerciales, instituciones, casas y complejos de departamentos.

En nuestro país no son muchas las intervenciones de este tipo, pero se cree que ahora podrían aumentar debido a la modificación en la Ordenanza de Urbanismo y Construcciones, Oguc, “que incentiva la ocupación de las azoteas, generando un mejoramiento funcional, ambiental y estético, que con los procesos de densificación de los centros urbanos, cada vez cobra mayor relevancia”, explicó el seremi de Vivienda y Urbanismo, Emilio Armstrong.

La normativa hasta ahora sólo permitía el uso del 20% de la azotea, ahora se podrá usar su totalidad, 25% para construcciones como pérgolas, cajas de ascensores, baños y salas de máquinas, entre otros, mientras que el 75% de la superficie restante podrá ser destinada a terrazas, piscinas, vegetación, jardineras y elementos ornamentales.

El decreto, que ya está en Contraloría y que entrará en vigencia en unos seis meses, según Armstrong, representa un desafío para los proyectistas de la Región, tanto para las construcciones futuras como para las que están diseñadas, “ya que dadas las condiciones climáticas de Bío Bío, no existe una cultura de construcción y uso de las azoteas como techumbre de los edificios, las que por lo general se han resuelto con sistemas de cubiertas asfaltadas o metálicas tradicionales no transitables”.

Claudio Arce, presidente regional del Colegio de Arquitectos, consideró como altamente positiva la medida, pues en las azoteas se pueden desarrollar cultivos que favorecen a los integrantes de la comunidad, y también con ello “devolviendo a la tierra área cultivable y renovación de CO2”.

El profesional comentó que en su oficina Arce Arquitectos desarrollaron un proyecto de oficinas en la Reserva Nonguén, que contempla techos verdes sobre las edificaciones,  que contempla un área informativa de Conaf, entre otras.

“Este tema se está desarrollando con fuerza en Europa y Estados Unidos como una política que da mayor calidad de vida y mejora al medio ambiente”, comentó.

Incluirlas en normativa local

Para el presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, Sergio Baeriswyl, el cambio a la normativa constituirá un aporte al estándar de vida penquista, siempre y cuando las inmobiliarias lo implementen en sus proyectos.  “Creo que es necesario estudiar su incorporación al plan regulador comunal, como una exigencia a ciertas edificaciones. Sólo de esta manera tendría un impacto significativo a escala urbana”.

En urbanismo, según explicó, se habla de los techos como  la quinta fachada de la ciudad, pues pueden ser un enorme aporte a la sustentabilidad, aportan y mejoran el microclima urbano,  reducen la contaminación atmosférica y es una oportunidad de aumentar las áreas verdes de la cuidad.

Destacó que Alemania es uno de los países que más tempranamente (1980) impulsó la creación de techos y terrazas verdes y cuentan con toda la tecnología para hacerlas técnicamente bien, ya que su implementación representa complejidades importantes.

Una oportunidad, todos ganan

La presidenta del Comité de Arquitectura y Urbanismo de la Cámara Chilena de la Construcción, Claudia Hempel, calificó como una política fantástica que permitirá que un centro denso, se recupere algo del verde natural, pero en el entorno inmediato urbano, aumentando la calidad de vida de sus habitantes, en un lugar donde antes estaba, prácticamente, prohibido generar algo.

La quinta fachada es algo positivo para la ciudad, una vez que empiezas a usar esa cubierta superior empiezas a mirar a Concepción desde arriba, lo que me parece muy interesante y que, por algo París ya lo tiene como obligatorio. Creo que es un avance, que es menor, pero que se transforma en una oportunidad, todos ganan”.

Eso sí, advirtió que se debe analizar técnicamente, pues no se trata sólo de poner plantas en la cubierta, sino que se debe adecuar la infraestructura para este trabajo, “con capa, con membrana específicas. Hay tecnología suficiente para realizarlo”.

Hempel comentó que para la CChC constituye una oportunidad de trabajo para nuevos proyectos que podrían desarrollar a futuro, que si bien puede incluir una fuerte inversión, se traduce en calidad de vida para los residentes, por lo que sería ideal que existan incentivos para quienes trabajarán con ellas.

Eso sí, la arquitecta dijo que debería analizarse la norma en cuanto a la construcción de piscinas en las azoteas, debido al riesgo sísmico de la zona.

Tarea necesaria

 Felipe Ulloa, geógrafo de la Universidad de Chile y que ha trabajado en materias de Transportes y Desarrollo para la Cepal y el Gobierno, aseguró que en el contexto del cambio climático los techos verdes impactan positivamente para conocer el fenómeno llamado islas de calor.

“Las ciudades poseen un clima propio, dado por el aumento de las temperaturas, además de emisiones contaminantes producto del quehacer de la industria y las fuentes móviles como los automóviles y autobuses con motores de combustión”, detalló y explicó que los techos verdes producen oxígeno y disminuyen el CO2, así como el material particulado que afecta las vías respiratorias.

Destacó que los techos verdes han sido recomendados por distintos organismos internacionales y FAO de Naciones Unidas, que ya en 2010 indicó que se debería cambiar el rumbo de las urbanizaciones y avanzar en las construcciones de ciudades verdes.

Ulloa, quien trabajó como asesor de los gobiernos de Bachelet y Piñera, afirmó que Chile debe comenzar a planificar sus ciudades y su tipo de urbanización, considerando el conocimiento que se tiene sobre el calentamiento global, “en este sentido, no sería extraño pensar en una planificación urbana para el cambio climático”, acotó.

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