Ciencia y Sociedad

Instituto Milenio Secos impulsa la transdisciplina para estudiar dinámica del CO2 en costas del Biobío y Ñuble

Por: Diario Concepción 22 de Septiembre 2022
Fotografía: Hugo Carrillo

El océano absorbe 30% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y 80% del calor generado por el aumento de los gases de efecto invernadero, que producen el calentamiento global y cambio climático.

Por eso, para indagar en los efectos del fenómeno global es cada vez más crucial estudiar el equilibrio de gases como C02 entre atmósfera y océano. De eso se está haciendo cargo un grupo del Instituto Milenio de Socio-Ecología Costera (Secos), que está investigando la costa de la Región del Biobío para comprender la dinámica del CO2, evaluando el rol de influencia distintos fenómenos.

Del río al mar

Como parte de un programa de observación oceanográfica en el Golfo de Arauco, Cristian Vargas y Luis Antonio Cuevas de la Universidad de Concepción (UdeC) y Gonzalo Saldías de la Universidad del Bío-Bío (UBB), han desplegado una serie de instrumentos para registrar cambios en niveles de oxígeno y acidez (pH) en el agua de mar. Ello, porque la concentración de CO2 en el agua determina su pH, por lo que si más del gas ingresa al océano menor será su pH.

Los científicos llevan años estudiando el rol de las descargas de agua de ríos como los Biobío e Itata en niveles de pH en la zona costera. “El agua dulce de los ríos se caracteriza por tener una baja capacidad de controlar los cambios en el pH, lo cual se traduce en que el agua que descargan los ríos tiene un menor pH y genera procesos de acidificación local en sus áreas de influencia”, explica Vargas. Además, cambios en uso de suelo (como agricultura y plantaciones forestales) y descargas domiciliarias e industriales modifican las características químicas del agua que se descarga en el océano costero, reafirmando la necesidad de estudiar estas dinámicas para abordar mejor los impactos en las actividades de las comunidades costeras.

Y está el rol del Cañón del Biobío que estudia Saldías. Un cañón submarino es un valle de gran dimensión e importancia para el ecosistema marino al influir en transporte de sedimentos y agua entre zonas costeras y océano abierto y procesos oceanográficos de la costa.

Además, junto a la oceanógrafa Laura Farías y el ecotoxicólogo Ricardo Barra en Secos se realizan estudios para comprender el rol de las descargas de agua dulce en el transporte de nutrientes y contaminantes al mar, y los efectos de las descargas en el sistema socioecológico de las comunidades de pescadores y acuicultores de pequeña escala a lo largo del litoral.

Bosques submarinos y pH

Gracias a aportes de un proyecto financiado por la Fundación David & Lucile Packard, Mauricio Urbina y Erasmo Macaya de la UdeC junto a Nelson Lagos de la Universidad Santo Tomás y Secos, empezaron a estudiar el potencial de los bosques de macroalgas y huiros en la captación de CO2 del agua de mar, indagando en su posible rol como refugio frente a la acidificación del océano. Vargas aclara que es un fenómeno de escala global que se ha producido por el aumento en niveles de CO2 en la atmósfera, que deriva mayor ingreso del gas al océano y reduce el pH de su agua.

Para los científicos, aunque hay información que sugiere que en las frondas de estos bosques en la superficie se podrían estar reduciendo los niveles de CO2 en el agua, se necesita más evidencia para saber si ocurre en las de fondo donde están fijadas las macroalgas y habitan muchas especies marinas que dependen de que niveles de CO2 y pH del agua sean adecuados para sus procesos biológicos. Con la iniciativa y acciones del Secos, se desea resaltar la importancia de los bosques azules en la promoción de una rica biodiversidad marina y aumentar la resiliencia de las comunidades humanas frente al cambio climático en el Biobío.

Nuevos enfoques

Por los distintos fenómenos naturales y antrópicos que influyen, sin que sean todos entendidos a cabalidad, junto con el papel biológico y socioeconómico del espacio marino-costero, abordar los complejos problemas que afronta e implicancias del cambio global en el océano no es posible desde una perspectiva monodisciplinaria, enfatiza Cristian Vargas, porque una disciplina no puede resolver las distintas incógnitas y se necesitan equipos multi y transdisciplinarios que incluyan profesionales de las ciencias naturales, exactas, sociales y económicas.

Y resalta la importancia de “construir capital social con las comunidades de pescadores, recolectores y acuicultores”, que dependen de la productividad y sostenibilidad del borde costero y deben adaptarse a los impactos del cambio climático, en lo que valora el enfoque transdisciplinario para llevar a cabo procesos de co-producción de conocimiento que permiten relevar el conocimiento ancestral y local que manejan las comunidades. “Es momento de actuar y no sólo de hacer ciencia desde la academia que sólo comunique desastres consumados, sino co-construir soluciones para el presente y futuro”, cierra.

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