Antonella Ramírez e Ignacio Saavedra del Colegio A-Lafken, idearon una de las 15 propuestas elegidas para presentarse entre casi 100 postuladas y optar a ser de los ganadores de un viaje al Continente Blanco. Su proyecto es desarrollar un crioprotector de uso agrícola cuya fórmula se basa en un recurso natural antártico. Del 4 al 6 de agosto se realizará la versión 19 de este evento.
No sólo ha sido la primera vez que como individuos participan en una instancia científica, sino también para el establecimiento al que representan. Con orgullo y un rotundo pionero éxito. Y es que los jóvenes Antonella Ramírez e Ignacio Saavedra, estudiantes de tercero medio del Colegio A-Lafken de Penco, fueron elegidos para participar de la XIX Feria Antártica Escolar (FAE), organizada por el Instituto Chileno Antártico (Inach), que se realizará en Punta Arenas del 4 al 6 de agosto próximo y los vuelve parte de un selecto grupo de jóvenes chilenos que pueden estar en un espacio único a nivel internacional para aspirar a tener la oportunidad única de visitar la Antártica.
“Desarrollo de nanoformulaciones con péptidos anticongelantes derivados de polvo de krill Antártico desgrasado para su uso en agricultura como crioprotector” se titula la propuesta que los escolares presentaron y que hace pocos días se enteraron que resultó de las 15 escogidas entre casi 100 admisibles para postular a presentarse durante la FAE, que este 2022 vuelve a la presencialidad tras dos años virtuales, cuando se jugarán la posibilidad de quedarse con uno de los tres primeros lugares y poder viajar hacia ese Continente Blanco que muchos sueñan con conocer y pocos pueden ver en primera persona.
“Estamos muy contentos, porque había bastante colegios participando, algunos privados y con muchos recursos. Sabíamos que nuestro proyecto era bueno, pero no el único y había muchos otros”, manifestó con humilde y enorgullecedora alegría Antonella Ramírez sobre los resultados de este proceso. “Conocimos el año pasado a la Feria y ahora se nos presentó la oportunidad de postular y la aprovechamos, con toda la esperanza de ser elegidos”, reconoció un feliz Ignacio Saavedra sobre la tan reciente noticia que ahora los aventura hacia una nueva etapa de desafíos como es presentar y defender su proyecto para que esté entre los tres ganadores.
Los escolares resaltan que el objetivo de su proyecto es generar una formulación que tenga acción protectora de las plantas y frutos frente a las bajas temperaturas, para que el frío no las afecte, y contribuir a la sostenibilidad de la agricultura. Ello, porque las “heladas” son uno de los grandes tradicionales problemas que afecta al ámbito agrícola, actividad económica de gran relevancia para Chile y especialmente la zona centro-sur. Su ocurrencia genera mermas en la calidad de los productos cultivados y comercializados tanto en el país como exportados, gatillando pérdidas cuantiosas al sector.
Y la idea de desarrollar crioprotectores es una original de Antonella e Ignacio y la comenzaron a explorar hace un tiempo junto con la inquietud de participar de la FAE, pero pudieron avanzar con más fuerza y certeza junto con la llegada de Osmán Vasquez, bioquímico que se sumó recientemente al establecimiento para encargarse del Laboratorio de Ciencias y apoyó a los jóvenes en encauzar su propuesta y conformar el grupo de dos estudiantes y un profesor que exigen las bases de la Feria para que sean admisibles los proyectos.
Proyectos que el Inach requiere que se planteen como idea y no exige que sean proyectos desarrollados con resultados para presentar durante el certamen, no obstante, los escolares de Penco se han retado y decidido a avanzar hacia la materialización de su idea, esperando tener ciertos resultados que presentar en la próxima Feria.
Marissa Yáñez, directora del Colegio A-Lafken, aclaró que ha sido en tiempos recientes que en el establecimiento apostaron y pusieron su foco en trabajar concretamente en el interés que siempre habían tenido de potenciar el área científica y en ese propósito se enmarca el logro de los escolares. “Independiente de lo que pase más adelante en la Feria, que hayan sido seleccionados es un premio para el colegio y ellos. Lo fundamental es el precedente y motivación que provoca a generaciones de estudiantes que están más atrás”, destacó.
Los protagonistas tienen la convicción que no sólo a ellos impacta e inspira, sino también a sus compañeros de curso y colegio puede incentivar a acercarse a la ciencia e iniciativas como la FAE u otros espacios, al demostrarles que no existen imposibles, que retos se pueden superar y los sueños cumplir con determinación y esfuerzo. De hecho, Yáñez enfatizó que “lo principal ha sido la motivación de los estudiantes para lograr objetivos más allá de lo curricular”, porque el contenido en particular y el proyecto no es parte del currículo obligatorio y fue una actividad extra a las obligaciones que decidieron realizar, dedicando tiempo y energía en sus horas libres.
Y Osmán Vásquez recalcó lo trascendental que es acercar a las personas a la ciencia desde edades tempranas como la infancia y adolescencia, tanto porque pueden despertarse necesarias vocaciones científicas para desarrollar esta área como sobre todo construir una sociedad que conozca el valor de la ciencia, además que hacer ciencia por su metodología permite desarrollar diversas habilidades transversales. Trabajo en equipo, tolerancia a la frustración, resolución de problemas, lógica y pensamiento crítico son algunas de estas competencias que se pueden aplicar en la toma de decisiones y quehacer no sólo científico, sino para todo ámbito de la vida y por todo el ciclo vital, desde el personal hasta el académico, profesional y laboral sin importar el área de desarrollo.