Ciencia y Sociedad

Centros científicos de la UdeC integran consorcio que se consolida para aportar al estudio de la costa chilena

El Copas e Incar son parte de proyecto Ceodos Chile, del que participan nueve instituciones nacionales dedicadas a la investigación de excelencia y, recientemente, firmaron acuerdo para continuar en el largo plazo al programa que tuvo su primera misión en 2021 a bordo del velero científico Tara.

Por: Diario Concepción 28 de Abril 2022
Fotografía: Cedida

Luego que en abril de 2021 el velero científico Tara recorriera la costa chilena de sur a norte para evaluar el estado del océano costero y comprender efectos del cambio climático en el marco del programa Ceodos Chile, por primera vez se reunió el consorcio de los nueve centros de investigación de excelencia que integran al proyecto. Se trata del Centro de Investigación Oceanográfica (Copas) Sur-Austral y Coastal, del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola Incar (ambos patrocinados en la Universidad de Concepción), el Centro de Modelamiento Matemático (CMM), el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), el Centro de Regulación del Genoma (CRG), el Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (Ciep), el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Ideal) e Inria Chile.

El encuentro se realizó de manera híbrida y desde el Copas, alojado en el Departamento de Oceanografía, y fue liderado por los dos coordinadores nacionales de Ceodos-Chile: la doctora Camila Fernández, directora del Copas Coastal; y el doctor Alejandro Mass, investigador y exdirector del CMM. En la actividad presencial participó el doctor Renato Quiñones, director del Centro Incar. De manera remota estuvieron el doctor Giovanni Daneri, director ejecutivo del Ciep; doctor Humberto González, director del Centro Ideal; doctora Laura Farías, investigadora del CR2; y doctora Nayet Sánchez-Pi, directora del Inria Chile. El doctor Mass representó al CRG, donde es investigador.

En la ocasión, conocieron el estado de la misión, compartieron datos colectados y abordaron el plan futuro de trabajo y próximas publicaciones científicas a partir de los hallazgos de Ceodos Chile. Pero, el gran hito fue que los directores de las instituciones asociadas suscribieron un acuerdo para dar continuidad en el largo plazo a la iniciativa, involucrando investigación, transferencia tecnológica, educación oceánica y formación de capital humano.

El convenio

Entre lo que el convenio establece está que los centros firmantes se comprometen a formar un grupo interdisciplinario y trabajar en conjunto para abordar temáticas marinas, ambientales, genómicas, de modelamiento matemático e inteligencia artificial; colaboración y resultados que buscan llenar brechas de información y proveer al país, periódicamente, una evaluación íntegra de la diversidad planctónica (de virus a zooplancton) en las costas chilenas.

En concreto, según la declaración firmada, Ceodos Chile busca cuantificar el carbono que está siendo fijado hoy por el océano chileno y su rol en el intercambio de gases de efecto invernadero (GEI), desde las aguas australes al extremo norte. También se plantea mapear la diversidad microbiana y planctónica, identificando especies o zonas con potencial. Lo relevante es generar una robusta base de evidencias sobre el estado del mar nacional que contribuya a una toma de decisiones que ayuden a la sociedad chilena a adaptarse al cambio climático y a desarrollar herramientas concretas para reducir el impacto del fenómeno. De ahí que sea especialmente importante la tercera meta propuesta por Ceodos, que plantea el lema “Comunicar para cambiar”, integrando a la comunidad general de Chile en el esfuerzo por comprender la importancia de un océano saludable para el cambio climático y la sustentabilidad de los recursos hidrobiológicos.

Proyecto Ceodos

El programa nacional se ideó para replicarse cada cinco años para tener la mayor cantidad de información y mantenerla actualizada.

Por sus objetivos científicos surgió la alianza con la fundación francesa Tara Océans y su embarcación se transformó en la primera plataforma para desarrollar la investigación, pues en simultáneo partió su misión “Microbiome” (Microbioma) para conectar el Atlántico con el Pacífico, recorriendo las costas de Chile, Antártica y África para estudiar al microbioma marino (comunidad de microorganismos que viven en el océano) y responder preguntas vinculadas al cambio climático y productividad marina. La travesía mundial inició oficialmente en Chile, que se recorrió desde Punta Arenas al norte e hizo una escala en Talcahuano.

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