Ciencia y Sociedad

Gozar de una vida sana: reto tan individual como colectivo

Esta semana fue el Día Mundial de la Salud, que es un estado de bienestar integral y hay componentes objetiva y subjetiva al decir quién es sano. Pero, en las posibilidades influyen acciones personales y de otros, y sanidad de la naturaleza, que fue el centro de la celebración este año.

Por: Natalia Quiero 10 de Abril 2022
Fotografía: Archivo

Cada 7 de abril, desde 1950, los países se alinean en el “Día Mundial de la Salud”, impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para recordar su nacimiento con la Primera Asamblea Mundial de la Salud que se realizó en 1948 e instalar una jornada internacional para crear consciencia sobre la salud como derecho universal y diversas temáticas y promover una vida sana en la sociedad. Relevar su rol en dicho propósito también se busca con el “Día Mundial de la Actividad Física”, celebrado por la OMS el 6 de abril. Campañas, sensibilización y modos de vivir con relevancia que trasciende a una fecha, porque es la mantención diaria de multiplicidad de acciones lo que permite gozar de salud.

Un desafío tan individual como colectivo, local y planetario, cada día más complejo y cada día más urgente en el mundo que se vive, que hoy obligan a romper paradigmas y ampliar las miradas. ¿Qué es salud?,¿quién está sano?, ¿cómo tener una vida sana?, son algunas preguntas cuyo abordaje se vuelve clave para educar y concientizar, aunque no necesariamente son fáciles de responder.

La salud

La OMS ha definido que “salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social” y bajo esa perspectiva se impulsan tanto la formación de muchas disciplinas como recomendaciones y acciones de educación y promoción.

En estricto rigor, el concepto de salud se contrapone con el de enfermedad y por eso una forma de abordarla, especialmente bajo una mirada salubrista o médica, es cuando hay ausencia de patologías y factores de riesgo para estas, expone Paula de Orúe, presidenta de la Sociedad Chilena de Salubridad (Sochisal) y directora del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (UdeC).

Pero, en una mirada más amplia, y según la definición de la OMS, resalta que salud es un estado integral que trasciende de relacionarse sólo con lo patológico o necesariamente con ello y por eso destaca que “estar sano es que ojalá no te enfermes y, sobre todo, que logres todo tu potencial según propias habilidades, necesidades e intereses y realidad para poder desarrollarte de la mejor manera en la sociedad”.

Por eso, afirma que definir quién está sano o enfermo es complejo, pues existe una componente objetiva en cómo se concibe la salud y una subjetiva relacionada con cómo cada persona percibe su satisfacción y sentirse bien, tanto físicamente por tener o no alguna dolencia como también socioemocionalmente y ello tiene que ver con que hay determinantes sociales de la salud, enfatiza Paula de Orúe. Por ejemplo, con lo que se hace, con las relaciones con otros, con las condiciones de vida y las posibilidades de acceso a desarrollarse, a atenciones de salud, a medicamentos, a alimentos y a servicios básicos como agua y electricidad.

Estilos y posibilidades

Así, considerando lo objetivo y subjetivo de la salud, lo físico, mental y social, “tener una vida sana debe apuntar a reducir la presencia de factores de riesgo en el día a día que nos afectan en nuestro objetivo”, de estar sano, afirma el doctor Miquel Martorell, subdirector del Centro de Vida Saludable de la UdeC, casa de estudios donde es director del Magíster en Nutrición Humana y académico del Departamento de Nutrición y Dietética de la Facultad de Farmacia.

Así, releva que tener una vida sana se relaciona con los estilos que deben propiciar el bienestar físico, emocional y social, pensando en prevenir o controlar patologías y el estrés y lograr un adecuado desarrollo. Alimentación saludable, práctica de actividad física, evitar el consumo de sustancias nocivas, dormir bien, tener sanos vínculos afectivos, una ocupación que dé satisfacción y momentos de recreación u ocio son buenos necesarios hábitos que resalta. Y la mayoría está consciente de ellos. Pero, también agrega que la búsqueda y promoción de una vida saludable debe darse de la mano de acciones en pos de la equidad social y el cuidado a la naturaleza, pues es el espacio que todos habitamos y su estado influye en nuestro bienestar, por lo que “Nuestro planeta, nuestra salud” es el lema del “Día Mundial de la Salud 2022”.

No se pueden obviar los determinantes sociales en las posibilidades de tener una vida sana y salud, pues muchas veces los factores que favorecen o desfavorecen no dependen de propias decisiones, sino de contextos, oportunidades y acciones de otros, como la contaminación ambiental. En efecto, gozar de una vida sana y salud es de responsabilidad e impacto individual y colectivo y, sobre todo, un derecho que debe ser garantizado y por ello las naciones deben crear los espacios e instancias para que la población pueda vivir con estilos saludables.

Una salud y bienestar planetario para el cuidado de todos

“Nuestro planeta, nuestra salud” es una consigna cada vez más urgente de materializar en el diario vivir global y no es que sea una relación antes desconocida, pero sí poco comprendida o desconsiderada hasta que se volvió una tragedia el estado de la Tierra por impacto antrópico.

Entre 2021 y este 2022 se han publicado documentos del último reporte del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (Ipcc), que concluyen que el planeta es 1°C más caliente que la era preindustrial y la actividad humana por sus grandes emisiones de gases de efecto invernadero provocó un calentamiento global de ritmo sin precedentes que está teniendo enormes impactos en el clima o cambio climático.

En 2021 también se presentó el informe “Haciendo las paces con la naturaleza”, de ONU Medio Ambiente y del que participó el investigador UdeC Ricardo Barra, director del Centro Eula-Chile. En este se advirtió que el impacto de la actividad humana ha modificado tres cuartas partes de la Tierra, que la biodiversidad está gravemente amenazada y se pierde rápidamente, y que todos los problemas ambientales están entrelazados.

Una salud

Crisis de calentamiento global y cambio climático, de contaminación y biodiversidad causadas por la actividad humana y también las más grandes amenazas para la salud humana.

Por eso se ha incentivado el concepto “una salud” (“one health”), que invita a mirar la salud humana, de animales y ecosistemas como una, debido a la interconexión que existe entre todos los integrantes de la naturaleza, explica el doctor Miquel Martorell. Eso permite entender fenómenos como pérdida de biodiversidad, destrucción e intervención de hábitats con las zoonosis y pandemias como la Covid-19 o el impacto de la contaminación ambiental (aire, agua y suelos) en la salud humana, por ejemplo, pero sobre que difícilmente habrá gente sana en un planeta enfermo.

Ese paradigma se ha buscado sensibilizar este “Día Mundial de la Salud”, para lo que es aún más crucial sensibilizar el “bienestar planetario”, que para el investigador “es el ideal a lograr”. Implica que tanto seres humanos como todos los seres vivos logren el más alto estándar de bienestar, en sus sistemas sociales y naturales, por lo que la base es la sostenibilidad. Ahí la trascendencia de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para lograr la prosperidad de toda la humanidad y el planeta en 2030.

¿Cómo influye?

Una salud y bienestar planetario tienen su razón en que de la naturaleza, sus recursos y funciones, depende la vida: provee aire, agua, alimentos, medicina, energía y subsistencia económica. O sea, de múltiples formas necesitamos a la naturaleza, que funcione y esté en buen estado, y según su sanidad estaremos más sanos o enfermos, enfatiza Paula de Orúe, magíster en Salud Pública.

Para explicarlo se detiene en uno de los más graves problemas en Chile, dada la reducción de precipitaciones por el cambio climático: la sequía y escasez hídrica, que ha obligado al racionamiento de agua en algunas localidades.
Primero, menciona el impacto sanitario de tener o no acceso a agua potable, donde la hidratación es necesidad vital y consumir no potable conlleva riesgo de patologías. Además, el déficit puede afectar cultivos, del que dependen económicamente comunidades y sustentan a sistemas alimentarios. “Eso puede acarrear inseguridad alimentaria”, advierte. Además, está el factor de salud mental por la angustia, ansiedad y estrés de no tener agua, de estar bajo racionamiento o pensar en llegar a ello y cómo se podrá subsistir. Además de ver cambios en los paisajes.

La contaminación, tanto de aire como de agua y basura, genera todos esos impactos sanitarios por enfermedades, mentales y sociales. Y millones de muertes al año se asocian a este problema.
Y esos son sólo algunos ejemplos.

Hábitos saludables para todos

Así, tener una vida saludable deber ir en armonía con la naturaleza y no a costa de esta, por eso hace falta ampliar la mirada y promover que los hábitos saludables también deben apuntar a aportar a que las crisis no aumenten, contribuyendo a la salud individual y colectiva.

De Orúe destaca que una vida activa prefiriendo caminar o andar en bicicleta y usar menos el auto mejora la física y reduce las emisiones y huella de carbono individual. También será mejor practicar actividad física al aire libre y en sitios cercanos al hogar que ir al gimnasio en auto. Lo mismo aplica al no fumar, donde además se evita contaminar con colillas y cajetillas de cigarro.

En la alimentación, una saludable debe basarse en alimentos de origen natural e incorporar 5 porciones de frutas y verduras diarias, recalca Martorell y también que lo ideal es escoger productos locales y de temporada y no basar la dieta saludable en los provenientes de otros sitios, pues aumenta la huella de carbono y desfavorece el desarrollo local. También es un hábito para el bienestar planetario los huertos urbanos y domésticos.
Ello se relaciona con hábitos de consumo, donde se deben incorporar las 3 R (reducir, reutilizar y reciclar) y también resalta el valor de una sana recreación, donde es más saludable y respetuoso con el medioambiente salir a dar un paseo caminando a un parque que a un centro comercial a consumir comida rápida y objetos materiales.

No botar basura en la calle, uso eficiente de agua y sostenibilidad energética son otras prácticas.

Eso sí, si bien hay muchos cambios que dependen de la motivación personal o familiar, pone el acento en que la promoción “debe partir desde políticas públicas que den acceso a los ciudadanos a las condiciones para desarrollar una vida saludable en el contexto de una salud planetaria”.

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