Ciencia y Sociedad

Lavado de manos: simple medida para cuidar la salud y salvar vidas

Práctica ha cobrado protagonismo en tiempos de Covid-19, pero su papel vital es previo, presente y futuro, porque se necesita regularmente cada día del año.

Por: Natalia Quiero 16 de Octubre 2021
Fotografía: Carolina Echagüe

Lavarse las manos frecuentemente. Ese ha sido uno de los consejos que se ha sensibilizado en la población global y nacional desde los albores de la pandemia de Covid-19 como medida básica de prevención de la infección por el Sars-CoV-2 que causa la enfermedad, proteger la salud y la vida.

Sí, algo tan sencillo tiene el potencial de salvar vidas, sea la propia o de otros, en tiempos de Covid-19 o cualquier otro y eso se busca sensibilizar cada 15 de octubre con el “Día Mundial del Lavado de Manos” promovido por las organizaciones Mundial de la Salud (OMS) y Panamericana de la Salud (OPS) como una acción que se debe integrar rutinariamente para que sea regular en la jornada diaria; cada día, todo el año, se esté o no en pandemia, si bien en este periodo la práctica ha cobrado ese protagonismo que ha debido tener siempre y deberá continuar postpandemia. De hecho, las OMS/OPS considera al lavado de manos una de las formas más efectivas y económicas de prevenir infecciones diarreicas y respiratorias, que pueden afectar a personas de toda edad y algunas ser más vulnerables a cuadros de gravedad, pero la gran alarma es que están entre las principales cargas de morbimortalidad infantil en menores de 5 años, causando la muerte de 3,5 millones de infantes cada año en el mundo. Lavarse las manos, estiman, podría reducir 50% la incidencia de diarreas en menores de 5 años y a cerca de 25% las infecciones respiratorias.

Principal vector

¿Por qué es tan crucial el lavado de manos? El doctor Luis Gatica, médico pediatra infectólogo del Hospital Clínico Regional Guillermo Grant Benavente de Concepción y asesor en Calidad y Seguridad del Paciente en Clínica Biobío, resalta que la simple y significativa razón es que las manos son nuestro principal vector de patógenos. Es la zona del cuerpo que siempre está descubierta y expuesta al contacto con el ambiente donde normalmente hay microorganismos e invisibles al ojo humano, algunos pueden ser regularmente inocuos y con el potencial de causar patologías en ciertas circunstancias y otros asociados a brotes como el virus influenza o el Sars-CoV-2. Además, son las manos con las que las personas realizamos todo tipo de acciones, con las que tocamos nuestro cuerpo y a otros.

Un ejemplo es que podríamos estar en un sitio público y tocar con las manos algún pasamos con el que otros estuvieron en contacto con sus manos sin lavar o esparcir gotas respiratorias tras hablar o estornudar y dejar allí gérmenes. Las manos sin lavar podrían ir a la cara, tocar ojos, nariz o boca, vía común de ingreso de patógenos, incluyendo el Sars-CoV-2; también podrían tocar una superficie y dejar microbios o usarse para acariciar el rostro de un hijo o la pareja. Así, se puede iniciar una larga cadena de contagios que podrían ser graves y hasta letales para algunas personas y pueden evitarse con algo tan fácil y barato como lavarse las manos.

¿Cuándo y cómo?

Claro está que nuestras manos se encuentran expuestas al ambiente y a gérmenes todo el día, por lo que Gatica enfatiza que no basta lavarlas una vez y la acción debe ser periódica, pues cada vez que se lavan las manos reinicia el contacto con el medio y la colonización de microorganismos, que pueden estar en vasta cantidad incluso si no se ven sucias.

El infectólogo explica que, como recomendación básica, como se ha concientizado durante la pandemia, el lavado de manos debe ser cada 2 y máximo cada 4 horas. Pero, releva que la clave para saber cuándo llevar a cabo la acción no es el tiempo, sino la actividad a realizar o realizada. Y durante un día existen momentos críticos en que es imperante lavar las manos.

¿Cuáles? Tras usar el baño y después de ayudar a limpiar o cambiar pañales a un infante o un adulto; antes y después de preparar comida, principalmente si se manipulan carnes crudas (rojas, pollo o pescado); antes de alimentar a infantes y amamantar a lactantes; después de tocar alguna superficie o artículo como manillas y pasamanos en sitios públicos; después de desechar basura; después de sacarse una mascarilla y antes de cambiarla por otra; si están evidentemente sucias.

En cuanto a cómo debe ser, detalla que “el lavado de manos debe hacerse con agua potable y jabón. Algo tan sencillo como eso es efectivo, porque jabones y detergentes tienen una acción que ayuda a eliminar microorganismos”. Eso sí, la acción debe seguir ciertos pasos, ser profusa y durante casi un minuto, ya que un mero enjuague no es suficiente, advierte.

Y también destaca que “uso de productos como alcohol gel es un complemento al lavado de manos y no lo reemplaza”. Estos, que se volvieron un esencial para llevar en el bolso en tiempos de Covid-19, los considera necesarios aliados para desinfectar las manos y se deben tener al alcance para recurrir si no hay acceso oportuno a agua, jabón y/o un lavatorio, pero cuanto antes sea posible hay que lavar adecuadamente.

Los desinfectantes deben ocupar alcohol al 70% como mínimo para cumplir su función y Luis Gatica enfatiza en que debe hacerse un máximo de 4 a 5 aplicaciones hasta que se hace imperante lavarse las manos y que no se debe abusar de estos productos porque podrían alterar el manto lipídico de la piel y causar problemas como irritación.

Pasos del correcto lavado de manos:

-Humedecer las manos con agua.

-Aplicar jabón en suficiente cantidad.

-Restregar bien ambas manos, incluyendo dedos y espacio entre estos, bajo las uñas y muñecas.

-Lavar durante al menos 30 segundos.

-Enjuagar para retirar bien todo el jabón.

-Secar (con toalla de género en casa o de papel desechable en otro sitio).

-Si no se está en casa se aconseja cerrar el grifo del agua con una toalla desechable.

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