Señora Directora:
Con la promulgación de la ley de portabilidad financiera se abre un gran desafío que deberá enfrentar la banca que tendrá el deber de mejorar la competencia, sus sistemas de seguridad y sobre todo el manejo de información detrás de cada uno de sus procesos. Los efectos que se derivan son una mayor competencia y beneficios para todos los consumidores de productos financieros, generando menores costos en el cambio entre instituciones. Hoy, en pleno siglo XXI, tenemos la tecnología y las capacidades para dar un salto en innovación financiera y aumentar la competencia en un sector estratégico para el mercado.
Hasta ahora costaba mucho cambiarse de una institución financiera a otra, por diversos factores, por ejemplo, el costo del cambio de los créditos y los diversos productos asociados a los bancos lo que desincentivaba a muchas personas incluso a realizar la simulación producto de los costos de operación que esto pudiese significar.
Este avance no sólo beneficiará al consumidor, sino que permitirá a la banca nacional modernizar sus servicios y desarrollar nuevos productos que permitan diversificar sus ingresos y ser más competitiva con la banca internacional, además de cautelar la información confidencial de cada uno de sus clientes. Este último elemento constituye uno de los activos más importantes para las entidades financieras. Para la economía a nivel agregado, todo lo que contribuya a reducir los costos de transacción y disminuya los tiempos y el “papeleo” siempre será beneficioso.
Veremos en las próximas semanas cómo se adaptan las entidades financieras a esta nueva ley, que va en directo beneficio de todos los consumidores de productos financieros.
Luis Felipe Slier Muñoz
Director de Ingeniería Comercial Universidad San Sebastián