Señora Directora:
Esta emergencia sanitaria, también, ha generado un desafío, transformar a los adultos de hace 30 años en niños, y esos niños, repotenciados, el desafío de enseñar a estos niños del 2020, o hijos, que una rama de un árbol caído o que una conchita que el mar deja en sus estelas de ir o venir, algo que se asemeja a la nave de una serie de televisión o de cine… El desafío de enseñar que esa rama o conchita de mar se transforma en esa nave y se puede jugar con ella.
Esta emergencia sanitaria nos trae el desafío de enseñar que un cubrecama o un paraguas abierto es también una guarida donde el tiempo es infinito y se puede transformar en una base espacial o lo que las mentes de aquellos que están bajo su manto crean que es.
Que la imaginación sea esa buena persona que traiga esta emergencia sanitaria de añadidura. Que de ella se contagien casi todos; que después de esta “Pandemia” salgan muchos nuevos imaginadores de nuevas aventuras en pocos metros cuadrados; que salgan nuevos libros por este virus, que la conectividad sea real no virtual y que sobre todo existan unos pocos que hubiesen imaginado un país mejor y que esos mismos, mejor contagiados, cumplan con ese sueño que despiertos, dormidos, vivos en este y otros mundos (nunca muertos) quieren cumplir.
Rodrigo Huenchullán Garcés