Señora Directora:
Sorpresa causaron las declaraciones de este viernes del ministro Sebastián Sichel, quien especificó el anuncio del Presidente Piñera, el cual aseguraba que las canastas de alimentación llegarían al 70% de las familias más vulnerables del país.
No obstante, entrando en este viaje de desmentidos, el titular de Desarrollo Social señaló, a través de una radio de la capital, que el 70% informado por el Ejecutivo, en realidad, se encontraba dentro del 40% más pobre de Chile. No conforme con este número que trae un número dentro de otro número, el propio titular de la cartera aclaró poco más tarde, vía redes sociales, que esta ayuda estaría enfocada en el 70% promedio de las familias de las comunas que están en cuarentena en la Región Metropolitana. Es decir, una verdadera matrioshka asistencialista convertida en un logaritmo aplicable a las políticas de emergencia, donde lo más probable es que aparezca un nuevo porcentaje dentro de los mismos ya pésimamente detallados por el Gobierno. La dinámica de toma de decisiones y de comunicación del oficialismo es a lo menos cuestionable.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, es lógico pensar que las regiones tendrán nuevamente que ganarse a la fila, igual que siempre, convirtiendo el eventual beneficio anunciado desde La Moneda en un privilegio digno de contar a los nietos. En medio de los malos entendidos, la desconfianza va ganando la batalla.
Fernando Fernández Ulloa