Carta a la directora

Coronavirus vs. Profesionales

Por: Diario Concepción 26 de Marzo 2020

Señora Directora:

Muchas comparaciones entre Chile e Italia han surgido respecto a la contingencia ocasionada por el SARSCoV-2. La gran diferencia entre Chile e Italia es, en gran medida, la calidad humana de sus profesionales. La situación en Italia es sumamente conmovedora porque expertos de distintas áreas del conocimiento, conscientes de su rol social, se esfuerzan infructuosamente por salvar la vida de quienes han construido el país en el que hoy viven; y aun así ven, al terminar la jornada, cómo el número de fallecidos aumenta tormentosamente cada día.

En Chile, en cambio, la incompetencia está a flor de piel y la falta de vocación ya se está haciendo notar en algunas situaciones. En enero, veíamos incrédulos cómo la Subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, confundía la sigla PCR (Polymerase Chain Reaction), técnica empleada para confirmar los casos de COVID19, con “Proteína C Reactiva”. Hoy, con el virus instalado en nuestro país y en medio de la campaña de vacunación vemos la crueldad de funcionarios que venden fraudulentamente las vacunas de nuestros adultos mayores y enfermos crónicos, algo absolutamente inaceptable. Esto sumado a la ausencia de otros profesionales que podrían aportar y no lo hacen. Tenemos cientos de laboratorios disponibles en nuestras Universidades que podrían elaborar jabón y alcoholgel para los centros de salud y servicios sanitarios, por ejemplo.

En contraste, enfermeras del Hospital Higueras en Talcahuano fabrican mascarillas artesanales y la Facultad de Odontología UdeC dona insumos médicos al Servicio de Salud. Estos últimos, junto a los profesionales de la salud e investigadores de diversas áreas que se esfuerzan por comprender este virus, son la evidencia de que afortunadamente, aún podemos confiar en muchos de ellos.

Cada día que pasa hay más infectados por el nuevo coronavirus, sin embargo, junto con condenar la insensatez de quienes no les importa actuar como vectores de transmisión para pacientes de riesgo, los profesionales somos llamados a aportar desde nuestro conocimiento con empatía, probidad, vocación y honestidad intelectual. De este modo, podremos al menos enfrentar esta emergencia con dignidad y, más importante aún, la unidad que requiere.

Julio César Espinoza Campos

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