Señora Directora:
En esta misma columna el señor Benjamín Matte se permite entregar su opinión sobre lo ocurrido con al fallo de la Suprema sobre la colusión del papel higiénico.
Es lamentable que se insista que los mecanismos de mercado son suficientes para regular la competencia. La industria forestal chilena está en manos de dos oligopolios que usan ese poder para imponer control total sobre los mercados relacionados. Ese es lo que ocurrió con la colusión del papel higiénico donde la Cmpc tuvo un rol destacado.
Pretender que aquello fue un error o que uno de los herederos de ese holding se siente “avergonzado”, es un insulto a la inteligencia de la gran mayoría de chilenos que fueron estafados por esa colusión y todas aquellas colusiones que impunemente han saqueado los bolsillos de chilenos modestos.
La señal de lo Corte Suprema favorece a la gran mayoría de los chilenos cansados de los abusos, porque establece el criterio de que no basta con auto denunciarse cuando se ha actuado con dolo para obtener ganancias ilícitas, como ocurrió con la colusión señalada. En países desarrollados estarían presos esos “empresarios”, pero aquí hasta se les permite impunemente que declaren estar “avergonzados”. Y esperan que les creamos.
Chile necesita una Nueva Constitución que ponga los derechos de las personas como lo principal, incluido el derecho a emprender sin temor a ser fagocitado o aniquilado por los “peces gordos” a través de competencia desleal o intereses usureros. Chile necesita empresarios honestos comprometidos con el bienestar de sus compatriotas, la sustentabilidad ambiental y los derechos de los trabajadores y de quienes de una u otra forma se ven afectados por los procesos productivos donde invierten su capital. Chile no necesita justificaciones para la codicia.
Jorge Oyarzún Castañeda
Profesor de Filosofía