Señora Directora:
El sistema de libre mercado nos empujó a las desigualdades que dan base sólida a la gente para expresar su impotencia. Quienes nos vendieron este perverso sistema hace años, prometieron que automáticamente acortaría las brechas sociales.
Hoy vemos que los ricos cada vez son más ricos y a los políticos lejos de la gente. Las promesas para reformar el sistema de AFP, que es la primera muestra de la desigualdad, llevan años esperando ser modificado, pero aún vemos cero avance.
Y claro, también está la crisis de las instituciones: las inmoralidades de la Iglesia, la corrupción en el Ejército y en el alto mando de Carabineros… Leyes débiles, políticos que ocupan cargos sin capacidad para el nivel exigido. Una educación incapaz de modernizarse, adultos mayores olvidados, la oposición obsesivamente frenando casi todo y preocupados de interpelaciones que no conducen a nada. Un Gobierno con autoridades con un sistema feudal para aplicar medidas que siempre perjudican a la gente en sus bolsillos .
No debería extrañarnos entonces la estampida social que hemos observado. Para entenderlo, primero debemos separar los hechos delincuenciales que se aprovechan de estas manifestaciones para robar.
Héctor Péndola Torres