Carta al director

Los niños y los derechos humanos

Por: Diario Concepción 06 de Julio 2018
Fotografía: Diario Concepción

Existe una enfermedad que impide a quien ve, distinguir los colores y sus matices, pero también le acontece al espíritu que no sabe diferenciar las finuras que entraña la vida humana. El eslogan de los niños primero no pasa de ser una monserga, si no tiene correspondencia con la realidad. El Estado de Chile tiene una mirada parcial y lejana sobre el mundo infantil y, por lo mismo, no acierta con su solución integral. Sin embargo, no sólo es un problema de Estado, sino de toda la sociedad.

Acontece algo similar con Valparaíso; el puerto verdadero y misterioso, agoniza a la vista y paciencia del Legislativo. El Congreso, en su funcionamiento semeja una nave venida de otra galaxia; podría irse y el vacío que deja, sólo nos recordaría que allí estuvo antes el Hospital Deformes. Pero ¿y toda la gente que visita  y que puebla sus calles? Son los destellos de una magia que se resiste a morir y si no se busca una solución, su luz será el brillo de una Supernova. Afortunadamente, venimos de vuelta de varias borracheras y al decir de un joven colega con resacas incluidas. El individualismo desatado y su correlato consumista; la fiebre por “refundar” todo de los estatistas; la arrogancia de cierta elite, de creerse los mejores sin entender siquiera el significado de las palabras.

Hay un regreso a la sensatez y, por lo mismo, se está en mejores condiciones de enfrentar desvaríos minoritarios. ¿Y por qué  lo que acaece con los niños es un problema de todos? Básicamente porque sucede en toda la sociedad y sólo se visibiliza la vulneración de derechos de los niños cuando ya es demasiado tarde para revertirlo. No hay nada peor para los niños que comenzar una caza de brujas o sacar del foco lo esencial   y  traspasarlo a otros actores adultos ¿Quién lo adopta, quién está capacitado? Volutas de humo. SENAME y  los organismos varios que lo apoyan son parte de la solución. ¿O usted me va a decir que el ejército de personas que labora en esas instancias son todos unos facinerosos? ¿O  porque hay curas u obispos pedófilos la institución entera lo es, incluidos los laicos? La grandeza de una obra no se termina por la incongruencia de sus miembros. Lo mismo reza para Carabineros u otra institución.

La pirotecnia verbal atrasa la separación de estructuras en el SENAME y desperfila la creación doble de la Defensoría de la Niñez y esta es una tarea del Ejecutivo. ¿Y los miles y miles de niños que ven conculcados sus derechos a diario a lo largo del país? Niños que pasan horas a la intemperie, ora en brazos de su madre, ora vendiendo parches curitas, en la calle Uruguay de Valparaíso o  Caupolicán de Concepción y así en otras ciudades. Nada se compara a la familia como entorno natural de los niños, por ello lo coherente es fortalecerla.

Y todo es urgente, pues no sólo, parafraseando a Saint Exúpery, se trunca el Arrau que yace dormido en un niño o la Violeta o la Mistral esperando surgir en una niña,  sino que se malogra su dignidad y su destino humanos, definitivamente. Y es una tragedia para el país entero. Por eso, su solución  es emergencia nacional, de no ser así,  el sueño de ser un país desarrollado no pasará de ser otra utopía más, pudiendo no serlo.

Salvador Lanas Hidalgo
Director académico de Escuela de Liderazgo
Universidad San Sebastián

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