Señor Director:
A la contaminación acústica que desde ya generan los motores de las micros en la ciudad, hay que sumar el estruendo que causan sus bocinas. Es realmente “infartante” estar cerca de una máquina cuando activan, cual electrochoque, sus dispositivos sonoros cerca de una persona. Sería bueno que el Seremi de Salud o Transportes fiscalicen esto.
Patricio Cruchaga A.
Vecino de Concepción.