Señor Director:
El desequilibrio conductual e intelectual de nuestra sociedad es cada vez más preocupante, es una afección crónica de nuestra idiosincrasia. Creer que es negro o blanco es un pésimo augurio de nuestro futuro más próximo, nos abanderamos en una postura rocosa, impenetrable e innegociable que termina en decisiones torpes, inconsistentes y carente de razonamiento. Observar desde una perspectiva objetiva y consiente, considerando las opiniones de los actores involucrados, tomando decisiones serias y responsables en favor de un mejor vivir es el camino correcto a seguir.
René Betanzo Gómez