Señor Director:
Inauguraciones más, inauguraciones menos, mientras la oposición manifiesta su enojo y las critica por oportunistas, nuestra Presidenta Bachelet sigue cortando cintas a lo largo de Chile, llegando a 3 y 4 inauguraciones por día, todo un récord.
Tal vez lo único que debiera preocupar a sus promotores, es que esta cantidad de inauguraciones, vaya acompañada de calidad, porque generalmente no es así, basta con recordar el Transantiago, el hospital de Curepto con el enfermo trucho… En conclusión, inauguraciones a la carrera al final de un gobierno, pueden ser grandes dolores de cabeza para el nuevo presidente.
Vuelvo a citar el Transantiago, la misma presidenta Bachelet lo vivió en carne propia, desde el momento en que lo inauguró, se le transformó en una piedra en el zapato y lo será solo hasta el mismo 10 de marzo del 2018, porque en Chile todas las autoridades inauguran, cortan cintas, brindan y bailan durante el ejercicio de sus cargos, pero nunca rinden cuentas o asumen sus responsabilidades, con sus patrimonios personales o familiares, una vez que dejan sus respectivos cargos presidenciales, por los trastornos que pudieran haber ocasionado o el incumplimiento de las expectativas de sus aceleradas inauguraciones hechas en periodos de elecciones y al final de sus periodos presidenciales.
Luis Enrique Soler Milla