Señor Director:
Tengo toda la impresión que ya se está agotando el interés público por conocer los informes que los parlamentarios pagan a sus asesores en relación a sus tareas legislativas. Lo digo porque ni siquiera estos personajes políticos se dan el gusto de exponerlos por cuenta propia. Como si no existieran los testimonios de los gastos en que incurren. El caso es que la transparencia en las tareas parlamentarias de ninguna manera debiera ser motivada por los procedimientos judiciales ni por los acuerdos colectivos, sino por motivos estrictamente individuales. Los mismos que defienden en los períodos electorales.
Mario Reyes Saavedra
Barrio Norte – Concepción