En el ámbito empresarial es muy importante la rentabilidad, liquidez, financiamiento etc., pero las instituciones, empresas, fundaciones, entre otras, se olvidan de la importancia del recurso humano. En muchas ocasiones hay olvido a priori que son personas las que están detrás, personas con dignidad, con una familia, con sueños y metas propias que cumplir, con todo su potencial dispuesto para ser fomentado, recordando que los talentos son innatos pero requieren siempre de un equipo que los apoyen. Es por ello que el Servicio Público ha trabajado arduamente en este aspecto priorizándolo en todas las áreas, no así el ámbito privado, el cual actualmente no cuenta con una correcta fiscalización, quedando los trabajadores con un alto grado de riesgo.
Este aspecto del buen trato laboral ha tomado énfasis durante estos últimos años, siendo destacado en los Objetivos Sanitarios (2011-2020), instructivos presidenciales como el de Buenas Prácticas Laborales en Desarrollo de Personas en el Estado (2015) y en la priorización de leyes laborales que fomentan el buen trato (Ley Nº19.882 de nuevo trato laboral, Ley Nº20.005 sobre acoso sexual, Ley Nº20.607 sobre acoso laboral).
Todo lo anterior busca que sea respetada y promovida la dignidad de los trabajadores y que estén en un ambiente que favorezca su bienestar. Esto ya que el problema que se suscita es que el trabajador siempre está con cierto grado de vulnerabilidad, debido a la jerarquía existente y la asimetría entre el poder del empleador versus el trabajador. Es importante que el Estado también aumente la fiscalización en ámbitos privados y que ésta no sólo sea reactiva, sino que preventiva, pues va en concordancia con el Artículo 19, número 1 de la Constitución Política de la República de Chile en donde se expone el Derecho a la Vida y a la Integridad Física y Psíquica de las Personas.
Pía Bustamante Barahona
Académica Instituto Superior de Bioética UCSC.