Señor Director:
En los últimos días se ha denunciado a un músico nacional por ejercer violencia en contra de su pareja. Esto no es un evento aislado, pues continuamos siendo testigos de manera sistemática de situaciones así.
Es un hecho conocido por todos y todas que la violencia en la pareja es, principalmente, desde un hombre hacia una mujer. Aun así, pareciera que seguimos dudando y, de esta manera, perpetuando la victimización secundaria en las personas que se atreven a denunciar y enfrentar estos cobardes hechos. Eso a pesar de que al 30 de junio de este año ya se han consumado 24 femicidios en Chile.
En relación a lo mencionado anteriormente, solo podemos evidenciar la construcción cultural que todavía no somos capaces de reconocer y modificar. Continúa siendo problemático que una madre pueda amamantar libremente en espacios públicos, pero no se denuncia la exposición cosificada del cuerpo de la mujer.
Se cuestiona la vestimenta como posible incitador de un abuso sexual. Seguimos creyendo que las labores domésticas son propias de la mujer, mientras que si el hombre participa se le subestima e incluso ridiculiza. ¿Cómo esperamos entonces terminar o disminuir con la violencia de género? Si bien en ningún caso pretendemos disminuir la culpa de los y las victimarios y victimarias, consideramos que todos y todas tenemos un grado de responsabilidad importante en permitir que esto continúe ocurriendo.
Como personas y sujetos de derecho, tenemos la misión de educarnos de manera consciente para así formar de manera asertiva y responsable a las nuevas generaciones en temáticas de derechos. Esto con el fin de comprender que el enfoque de género no busca más que la igualdad de derechos y oportunidades para todos y todas. La desigualdad, en ningún caso, debería ser normalizada.
Catalina Aguilera González y Carolina Würth Mariscal
Académicas de Terapia Ocupacional USS