Señor Director:
Lo que sucede con respecto al Sename, tiene de fondo aquella persistente sensación de omnipotencia del Estado, el cual se hace cargo de labores para las que no ha sido convocado o para las que no está en absoluto preparado, pero que con voluntariosa prepotencia, arrogancia y egoísmo lucha por ejercer, invocando como causa de su ineficiencia, paradojalmente, la insuficiente cantidad de recursos materiales y humanos.
Ahora bien, ¿es por ello relevante persistir en las responsabilidades políticas del tema como si fuera único relevante? Claro que deben agotarse las investigaciones en esa materia, pero esto no debe esto apartar del foco lo esencial, esto es, la relevancia del período de la infancia en el futuro de los niños y la vulnerabilidad natural que existe en esta etapa, a la que vergonzosamente se está añadiendo otra artificial.
En otras palabras, hay instituciones que se han convertido en agentes de desigualdad, generando burocracia para la administración de la miseria y cuyos máximos representantes, aquellos que gobiernan se escudan en lo político para esconder la inmoralidad de lo que sucede.
Matías Jara Varas