Opinión

Bajo el mismo techo

Por: Diario Concepción 16 de Junio 2017
Fotografía: Diario Concepción

Por: Renato Segura
Director Regional de ProChile

“La estructura de organización social ha privilegiado al individuo como el centro del quehacer de la política pública y apunta a construir un modelo de sociedad que sobrepone el éxito particular por sobre el colectivo”. El párrafo corresponde a un extracto de la columna “Individualismo a ultranza”, del senador Felipe Harboe, llamado de atención que servirá de motivación para el tema de la presente columna.

Desde el momento de la concepción, la competencia es un concepto con el cual debemos aprender a lidiar. Las primeras ecografías permiten detectar malformaciones, evaluar el crecimiento del feto, su posición, calcular su edad gestacional, oír sus latidos, observar el estado de la placenta, del líquido amniótico, estimar el peso del bebé y detectar anomalías o patologías del embarazo. Cuando el especialista en neonatología sentencia la condición de “embarazo normal”, es el primer paso para certificar que la persona estará en condiciones de enfrentar un ambiente de alta exigencia.

El cumplimiento de metas y alcanzar la cumbre del ranking de desempeño, son los resultados habituales que enarbolan quienes acometen la tarea de pavimentar el camino hacia el éxito, la prosperidad y la realización personal.

Frente a esta dinámica meritocrática, no debiese sorprender la baja acumulación de capital social lo cual, a su vez, se constituye en la principal barrera para implementar estrategias asociativas y de complementariedad en los contratos sociales. En ausencia de cooperación, los costos aumentan y se frena al desarrollo social y económico del país.

En efecto, en la cadena de valor de cualquier actividad productiva de bienes y/o servicios, intervienen distintos sectores. El valor del producto o servicio es función del nivel de coordinación y complementariedad intersectorial. En el último eslabón, que comprende la internacionalización del sistema productivo, la integración intersectorial, pública y privada, adquiere una importancia trascendental.

Cuando se busca la internacionalización del sistema productivo, más allá de la exportación de commodities, la cooperación entre agentes se transforma en un insumo vital. El medio ambiente, las finanzas, la tecnología, la salud, la educación, el trabajo, el fomento productivo, la legislación, los impuestos y el fomento de las exportaciones, entre muchos otros, son variables que por sí solas y en conjunto, afectan el valor de las exportaciones chilenas.

Las empresas con potencial exportador, necesitan tener un producto final que esté consolidado, al menos en el mercado local. Para llegar a ese estado de desarrollo, necesariamente se debe haber contado con el apoyo y la coordinación de diversos organismos públicos y privados.

Es por ello que, si queremos dar el salto a una sociedad moderna, colmada de oportunidades y próspera, es básico reconocer que, cuando se vive bajo el mismo techo, la asociatividad y la complementariedad es la única receta que sirve para alcanzar un nivel de desarrollo que sea sostenible y que involucre, sin distinción, a la comunidad.

Etiquetas