Señor Director:
Muchos padres y madres se preguntan qué hacer con sus hijos durante las vacaciones de invierno. Pero este periodo, no tiene por qué transformar a los padres y madres en monitores extra programáticos de los hijos. Es mucho más simple, este periodo puede ser el momento para generar espacios de conexión entre padres e hijas/os, vincularse en actividades cotidianas, en juegos o en momentos de ocio, y así poder sentir que tener un espacio lúdico y de relajo entre ambos, puede ser placentero para toda la familia.
El compartir momentos en familia tiene una serie de efectos positivos para los niños/as, no solo es periodo de vacaciones, si no que durante todo el año. Genera, en primera instancia, un refuerzo en la autoestima, pues le estamos transmitiendo a los niños un mensaje muy valioso: “me gusta estar contigo”, “disfruto de tu compañía”. Además, es en estos periodos de conexión donde se transmite la esencia familiar, como rutinas, creencias, rituales, etc. En los niños/as, esto produce un sentido de pertenencia en relación al grupo familiar, les da un espacio del cual se pueden apropiar y moldear según sus intereses.
Si bien, las vacaciones llaman a flexibilizar las rutinas habituales del hogar, es cierto que este periodo no es muy extenso, son sólo dos semanas. Por lo tanto, se recomienda mantener algunos horarios, como las horas de sueño, las rutinas de autocuidado, cuidar la alimentación, entre otras. Esto tiene como fin, resguardar que el retorno a la rutina escolar no demande mucho tiempo de adaptación a toda la familia.
Constanza Latorre
Académica Escuela Terapia Ocupacional U. Andrés Bello