La “clase media”, el recurso más esgrimido en el discurso público de las últimas décadas, pero que bajo su manto esconde a amplias capas de la población que dependen de trabajos precarios y del endeudamiento para subsistir, y a las cuales cualquier cambio en las fluctuaciones de la economía amenaza con dejar en el desamparo.
Nuevas tecnologías permitirán un consumo inteligente, que en la práctica lleve a manejar la demanda no consumiendo por periodos cortos y específicos, en vez de construir una nueva central.