Parece que aún nos cuenta asumir que las mujeres debemos ser una voz en cada espacio de nuestra sociedad; que niños, niñas y adolescentes son sujetos de derechos, frente a quienes hay además un mandato internacional de protección universal e integral. Tampoco hemos asumido que los pueblos originarios son parte esencial de un Chile diverso y amplio, que también integran quienes han migrado a nuestro país.
El desafío de alcanzar, para la Región del Biobío, sus comunas y el gran Concepción, territorios inteligentes cohesivos e inclusivos requerirá entonces de constituirnos en laboratorios del progreso y el bienestar, cuyo objetivo debe permitir dar respuesta a la creciente demanda de soluciones locales que vienen de abajo hacia arriba en lugar de arriba hacia abajo.
Es en el sistema constitucional en que se debe buscar por todos en conjunto la forma más idónea para garantizar la libertad de cada uno. La ley no lo soluciona todo, pero los marcos jurídicos claros que confieren certezas permiten optimizar las decisiones que se adopten conforme vayan transcurriendo los inciertos acontecimientos de la vida.
Para entender el problema de fondo, debemos señalar que la ciudadanía constituye el estatus que ostenta una persona, y que tiene su base en la pertenencia a una determinada comunidad política.
Los partidos no han aprovechado la oportunidad de primarias para aportar a la democracia y fortalecer sus relaciones con los territorios de la Región.