Estudio elaborado por la UdeC y encargado por la Subdere fue clave para dar luz verde al nuevo territorio. A partir de septiembre pasado, cuando debutó la Región de Ñuble, el plantel ha jugado un papel destacado, poniendo a disposición de las autoridades todas sus capacidades para abordar los nuevos desafíos.
Desde la creación de la Facultad de Agronomía, a partir del Plan Chillán, que la UdeC ha sido una generadora de conocimiento y capital humano en el mundo silvoagropecuario, cumpliendo un rol clave en la transferencia tecnológica, en la investigación y en la innovación, fundamentalmente en las regiones de Ñuble y Bío Bío.
El proceso de cambios que vivieron las universidades chilenas en los 60 también se sintió en la U. de Concepción. El contexto político de la época y las movilizaciones estudiantiles lograron configurar una nueva estructura de autoridad que permitió una mayor participación de la comunidad universitaria y una formación más amplia del alumnado.
En una época donde la colaboración y el trabajo interdisciplinario es fundamental, los principales referentes de otras casas de estudios superiores alaban el aporte que ha hecho y hace la Universidad de Concepción al desarrollo del país y sus regiones.
Autonomía del plantel se perdió y dio paso a la época de los rectores delegados, nombrados por la Junta Militar. La UdeC, junto al resto de las casas de estudios del país, entraron en un sueño profundo, en el que se puso énfasis en la especialización profesional, limitando el vínculo con la sociedad.
Un año lleva dirigiendo la Universidad en la Provincia del Bío Bío, donde la vinculación con el medio y la capacitación, incluyendo la creación del primer magíster, asoman como ejes claves de una gestión que busca conectar a la casa de estudios con la comunidad.