El diálogo sería, según el arzobispo, la fórmula para lograr cambios tras el estallido social y las demandas de la gente.
Consideran que peticiones son totalmente legítimas, por las inequidades que se arrastran por décadas. No obstante, rechazan actos de violencia, independiente de la vereda de que vengan.
Es la hora de reconocer que una sociedad que se funda única y exclusivamente en la competencia, sencillamente, fracasó.
Respecto a las manifestaciones, el Sumo Pontífice aseguró que hay que "hacer frente a las dificultades que la han generado, por el bien de toda la población”
"Gracias por cuidar el corazón de los niños", afirmó la máxima autoridad católica.