La familia, los centros educacionales y toda la comunidad tienen responsabilidad frente a un problema que no es individual, sino que de toda la sociedad.
Definir el perfil de la mujer en calle es difícil. Las hay jóvenes, con hijos o sin ellos; de la tercera edad, con pareja o solas; extranjeras y chilenas; con enfermedades crónicas, con problemas de salud mental o de consumo de drogas y también están las que quedaron sin hogar por escapar de la violencia intrafamiliar o de un quiebre afectivo inabordable.