Una vez conocida la noticia, las instalaciones de la planta acerera estuvieron prácticamente sin actividad. El golpe emocional entre los trabajadores fue una de las consecuencias más importantes de la jornada.
Lo cierto es que se nos va un actor económico clave en Biobío y sus trabajadores no son los responsables.
El cierre indefinido revive una serie de recuerdos nostálgicos y emotivos. Desde su inauguración empleados y sus familias vivieron una profunda conexión con la emblemática siderúrgica que, desde Talcahuano, definió parte de la historia industrial de Chile.
Hasta este miércoles 46 liceos, escuelas o jardines debieron suspender clases.